Hormonas

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Izana nunca estuvo enterado de nada de lo que le sucedía, porque Kakucho siempre afirmaba que nada ocurrirá, y al creer en su palabra no hacía más preguntas.

Grave error, porque todo el tiempo que no estaba en casa el azabache era víctima de las malditas hormonas, sumado a ello una posible depresión postparto, hicieron que poco a poco Kakucho sintiera un poco más de distanciamiento hacia los gemelos.

oye ¿No quieres cargar a Akira? — preguntó Izana al ver que el bebé no estaba ya muy cómodo entre sus propios brazos.

no, creo que estaría mejor contigo — respondió con un tono de desden.

¿Estás bien? — está vez ese comportamiento tan apagado de Kakucho no pasó desapercibido, así que no tuvo más opción que preguntar.

todo está bien — respondió sin mirarlo.

Aquella respuesta fue todo menos satisfactoria, pero viendo que Kakucho simplemente se durmió no quiso preguntar más.
Luego de una larga siesta, Kakucho se despertó para despedir a Izana, quien todavía estaba dudando si dejarlo solo, aún más sabiendo que tiene que cuidar solo a los gemelos.

¿Seguro que no quieres que llame a alguien para que los cuide? — preguntó aún con dudas.

puedo yo solo — aseguró el de cabellos negros, en un intento por parecer fuerte, aunque por dentro sólo quería cerrar los ojos y que todo esto fuera una pesadilla.

Y está extraña rutina se prolongó por varias semanas, en estos días Izana siempre se preguntaba qué ocurría dentro de la mente de Kakucho ¿A dónde se había ido esa persona tan alegre? Tenía una extraña sensación cada vez que salía, incluso al verlo tenía la necesidad de saber lo qué hacía o si al menos estaba descansando lo suficiente.
Podría parecer innecesario, pero hace no mucho instaló una cámara de seguridad en la habitación de los gemelos, de esa forma se sentiría seguro si tenía que dejarlos a cargo de una persona externa.

La cámara monitoreaba cada movimiento qué ocurría en la habitación, incluso mandaba una alerta en caso de que una ventana fuera forzada. Está vez Izana no despegó la vista de su teléfono, que le mostraba imágenes en tiempo real de lo que sucedía en casa, al menos en la habitación de los gemelos.
En las imágenes podía observar a los gemelos durmiendo tranquilos, por un momento pensó que sólo era su paranoia ya que todo parecía estar normal, pero al poco tiempo tuvo que tragarse sus propias palabras al ver que los gemelos comenzaron a llorar; Kakucho por lo regular debería atenderlos enseguida, pero él tardó un rato en aparecer y cuando lo hizo tan sólo los miró un momento y se sentó en una silla mecedora, por la posición de su cabeza y las manos en su cara dedujo que estaba llorando.

Verlo así le hizo entender muchas cosas, pero de algo estaba completamente seguro, no podía seguir siendo indiferente, tenía que hacer algo al respecto.

Verlo así le hizo entender muchas cosas, pero de algo estaba completamente seguro, no podía seguir siendo indiferente, tenía que hacer algo al respecto

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La última parte de este recuerdo la subo mañana 😔

Día 22 hormonas. Listo 👌

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𝓢𝓲𝓮𝓷𝓭𝓸 𝓟𝓪𝓭𝓻𝓮𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora