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Parto

— ya no podemos esperar más — comentó una enfermera al ver el progreso del azabache — si seguimos esperando los gemelos corren más riesgos

— no puedo tener a los bebés ahora — respondió Kakucho — mi pareja no ha llegado

Llevaba ya casi cuarenta minutos en trabajo de parto, en todo ese momento sólo se había dedicado a caminar por la habitación para distraerse del dolor, de vez en cuando se recostaba y trataba de recordar esos ejercicios de respiración que le habían enseñado; las contracciones eran cada vez menos tolerables, dejando de ser cada diez minutos y siendo ahora cada cinco minutos o incluso menos.
Los gemelos ya no podían esperar, pero el hombre se negaba a empezar el parto, pues aún le faltaba algo muy importante.

— y lo entendemos, pero entre más esperamos las posibilidades de que los gemelos mueran es alta — dijo la enfermera al ver el rostro de sufrimiento del más alto. — el hospital con gusto puede grabar el momento del parto y compartirlo después con el padre cuando venga

La enfermera tenía mucha razón, los gemelos corrían peligro si seguía retrasando su nacimiento. Se sentiría la persona más despreciable del mundo si dejaba que algo les pase, pero necesitaba de Izana en ese momento, él le había prometido que estaría presente y creía en su palabra.
Comenzaba a perder las esperanzas, Izana estaba lejos y era prácticamente imposible que pudiera llegar a tiempo.

— está bien — Kakucho suspiró — quiero dar a luz ahora

Cuando la enfermera ya estaba por preparar al más alto, la voz estruendosa del guardia de seguridad los distrajo.

— ¡Oiga! ¡Tire el arma ahora!

— ¡Usted quitese del camino! ¡Mis hijos están por nacer!

— ¡Izana! — exclamó Kakucho al reconocer su voz.

Finalmente Izana había conseguido llegar justo a tiempo, aunque en el proceso cometió varias infracciones y quizá hubo heridos, pero al menos no se perdería el nacimiento de los gemelos.

— pensé que nunca vendrías — dijo Kakucho al terminar de ser preparado.

— soy hombre de palabra — respondió él — dije que estaría aquí y lo cumplí

— por favor, a la siguiente contracción necesito que puje a mi indicación — ordenó el doctor.

No había palabras que describieran el dolor que tuvo que soportar, aunque la epidural le privó de casi toda sensación de su cintura para abajo, aún así no dejaba de ser doloroso.
Izana gritaba, pero por una razón muy diferente, Kakucho estaba apretando tan fuerte su mano que ahora sus dedos estaban fríos por la falta de circulación.

Fueron horas de angustia, Kakucho pujaba ante cada contracción que sentía, hasta que finalmente.

— ¡Un niño! ¡Es niño! — gritó el doctor al sacar al primer bebé.

El recién nacido gritó a todo pulmón al sentir el aire frío del exterior, hasta que fue colocado en una manta de color azul indigo y colocado sobre el pecho de Kakucho.

— es muy pequeño... — susurró con cansancio al tocar la mejilla del bebé, que al sentir el contacto piel a piel cesó su llanto.
Era difícil saber ahora a quien de los dos era más parecido, pero Kakucho tenía la intuición que esos ojitos cerrados escondían un par de ojos color lavanda como los de Izana.

Pero no tuvo tiempo de apreciar bien al recién nacido, pues pronto otra contracción lo obligó a centrarse en el parto, pero al final todo valió la pena cuando el llanto del segundo bebé inundó la habitación.

— ¡Un niño! ¡Otro niño! — gritó el doctor al sacar al último bebé.

Ufff... Por fin puedo subir un escrito temprano 🤧😭

Día 16: parto. Terminado 😎

Con tiempo de sobra 🧐