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C A P Í T U L O 8

Hoy celebramos un año de que la historia

de Halley se comenzara a escribir. Visita mi Instagram

para estar al pendiente de aviso, etc.

Veamos, si el ejercicio dice:

«Un dirigible está volando a 800 metros de altura. Y observa un pueblo con un ángulo de depresión de 12°»

¿Enserio? Si un ángulo tiene depresión ¿qué me espera a mí?

Traté de concentrarme de nuevo en el ejercicio de trigonometría...

Ahh, ahora entiendo el chiste de: ¿Sabes por qué el libro de matemáticas se suicidó? Porque tenía muchos problemas.

El chiste es viejo, pero sigue dando risa. Además, por eso no me gustan las matemáticas, hace que resuelva problemas que ni son míos...

-Recuerden los primeros dos en entregar el ejercicio correctamente van a tener puntos extra -el profesor de matemáticas hizo que me volviera a concentrar en el ejercicio-. Y solo tienen cinco minutos para entregarlo.

¡No puede ser, sólo quedan cinco minutos y ni siquiera he terminado de leer el ejercicio!

Tonta Halley, piensas en una cosa y luego esa cosa te lleva a otra, y a otra, y a otra... como ahora

¡Ah!

Continué leyendo el resto del ejercicio:

«¿Qué distancia debe recorrer el dirigible en línea recta, manteniendo la altura, para estar exactamente sobre el pueblo?»

Comencé a hacer las operaciones indicadas para sacar el resultado del problema. Terminé la última operación y por lo que veo está bien; volví a rectificar que mis operaciones dieran el mismo resultado y sí.

¡Oh si, seré la primera en entregarlo! Y eso que me distraje.

Me levanté de mi asiento con mi libreta en mano. Al ver que ya estaba de pie, la mayoría de mis compañeros abrieron los ojos y comenzaron a hacer sus cálculos lo más rápido posible, ya que cabe la posibilidad de que mi resultado este bien, y es obvio que me darán a mí los puntos extra. Solo quedará el espacio para que otra persona pueda entregar sus ejercicios.

Caminé hacia el escritorio del profesor, al llegar dejé mi libreta para que la calificara. La tomó y comenzó a revisar mis procedimientos; mientras iba avanzando asentía con la cabeza, ese gesto hizo que muchos bajaran sus lápices en señal de rendición, ya que detrás de mí estaba un compañero de clase y... Clark.

Espera ¿Clark?

Pff como si pudiera...

-Está mal -giré mi cabeza hacia el profesor lo más rápido que mi cuerpo pudo.

-¿C-Cómo? No, no puede estar mal, lo revisé dos veces.

-Skyman, su procedimiento está mal. Mire... -Y comenzó a señalar cuál fue el pequeño error que hizo que todo, TODO mi procedimiento estuviera mal.

-P-Pero yo creí que se usaba tangente inversa y no solamente la tangente.

-Señorita Skyman, no crea, pregunte. Aquí no hay preguntas tontas, las únicas preguntas tontas son las que no se hacen.

Regresé a mi lugar con la moral hasta el piso y con el ego más que pisoteado. A los pocos minutos anunció que Clark y mi otro compañero de clase obtuvieron los puntos extra.

¿Algún Día Seremos Cómo Las Estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora