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C A P Í T U L O  21

Faltan veintidós horas, treinta y cinco minutos, con diecisiete segundos para el día más estresante de mi vida.

Mañana es el día más importante del mes cultural y hay demasiadas cosas que hacer. Sin mencionar que los chicos que se fueron de intercambio regresarán hoy por la tarde, así que mañana, la escuela estará igual o más llena de lo que usualmente está. Lo positivo de esto es que al fin podré ver a Aaron y Charlotte —si es que todas las actividades que tengo del mes cultural, me lo permiten.

—¿Proyector?

—Listo.

—¿Línea del tiempo?

—Lista.

—Bien, creo que está todo listo para mañana.

Anne y yo estábamos revisando los últimos detalles del planetario. Sin duda, creo que será una actividad que alumnos y maestros disfrutarán mucho.

—¿También estás lista para la obra? —Me preguntó.

—Eso creo —reí nerviosa.

Dejé la lista de materiales sobre la mesa.

—Recuerda que al principio, solo estarán tú y George. Espero no se les complique todo esto.

—No te preocupes, estaremos bien.

Así como a mí, a Armin y a nuestro otro compañero, les fue solicitada su ayuda en otras actividades, por lo que Anne y George serían los encargados principales de llevar a cabo el planetario.

Miré el cuarto finalmente decorado. No creí que esto pudiera lograrse en menos de un mes. Sinceramente, estaba orgullosa de lo que habíamos logrado hacer juntos.

—Debo admitir que quedó mejor de lo que esperaba —Armin se colocó junto a mí, para observar el planetario.

—Tampoco nos creí capaces de hacer algo así.

Ambos bufamos, sonriendo.

—Espero que a Aaron y Charlotte les guste, porque si no, no los perdonaré nunca.

—Estoy seguro de que si.

—Por cierto —ambos nos miramos—, ¿qué dijeron tus papás de qué faltaste al viaje escolar?

Su cuerpo se tensó ligeramente, ante mi pregunta.

—Pues...

—¿Aún no lo saben? —Enarqué una ceja.

—No, bueno si. No. Es que... —posó su manos sobre su nuca—. Es complicado de explicar. Afortunadamente, las consecuencias no serán graves.

Negué con la cabeza.

—Aún no entiendo porqué te decidiste quedar. Yo hubiera dado lo que fuera por ir.

Miré de nueva cuenta nuestro entorno. Podía sentir el peso de su mirada. No sé si mis palabras hicieron que pensara mejor la oportunidad que dejó pasar, porque aunque sabía que me miraba, su mente estaba pensando en otra cosa.

Por la noche, Charlotte me mandó un mensaje anunciando su llegada a la ciudad. Por fin la vería de nuevo, después de casi un mes de estar separadas. Cada una tocaba su llavero cuando extrañaba a la otra, así sabríamos que a pesar de la distancia, podíamos contar la una con la otra.

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Hoy es el gran día.

¿Algún Día Seremos Cómo Las Estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora