C A P Í T U L O 1 8
Pequeño Maratón 1/2
Entré al local. Por la poca iluminación no pude divisar muy bien qué es lo que hay dentro. Prendió la luz y pude notar varias máquinas de videojuegos.
—¿Es un...?
—Si. Es un arcade.
—¡Qué increíble!
—¿Enserio lo crees? —Me miró extrañado.
—¡Si! Cada vez que veía películas donde aparecían lugares como este, siempre me daban ganas de ir —caminé visualizando todos los juegos—. Pero nunca encontré un arcade abierto. En esta época es muy raro ver alguno.
Analizó mi rostro con detenimiento.
—Bueno, ahora ya has encontrado uno —me sonrió.
Caminó unos pasos más adelante y señaló con ambos brazos todo el lugar.
—Y bien ¿qué quieres jugar?
Busqué algún juego que me llamara la atención o que alguna vez jugué.
—Mmhh... ese —señalé la máquina del juego Street Fighter.
—¿Sabes jugar? —Enarcó una ceja.
—¿Con quién crees que hablas? —Me señalé indignada—. Mi papá fue campeón múltiples veces, en el campeonato de maquinitas que hacían en su colonia. Obvio sé jugarlo.
Armin me miró y después soltó una carcajada. Vale, en voz alta sonó menos increíble de lo que parecía.
—Pues pongamos a prueba tus habilidades —caminó hacia el juego.
Se agachó para conectarlo a la corriente y prenderlo con un botón que está en la parte trasera de la máquina. Una vez hecho esto, encendió.
Me coloqué en los controles del lado derecho y él en los del lado izquierdo.
—Y... ¿de quién es el lugar?
—Mío —sonrió con orgullo.
—¡¿Enserio?! —Alcé las cejas.
—Si —recalcó con una sonrisa—. Mi... papá me compró el lugar como regalo de cumpleaños.
—Vaya, si que te gustan mucho los videojuegos.
—Ni te lo imaginas.
Ambos escogimos a nuestros personajes para comenzar la batalla. Yo escogí a M. Bison.
Armin notó mi elección de personaje.
—Iniciamos fuerte ¿eh?
—¿Qué? ¿Tienes miedo? —Lo reté.
Rio. Escogió como personaje a Akuma.
—Ya veremos quién gana.
—¿Una apuesta?
—Me parece bien.
—El que pierda invita la cena.
¿Qué? No me quiero endeudar con lo que sea que Armin quiera en dado caso que pierda. Una cena entra dentro de mi presupuesto.
Armin soltó una carcajada.
—¿Qué? —Pregunté indignada.
—Nada —dio inicio al juego—. Empecemos.
Me preparé. Coloqué mis dedos sobre los botones de juego y esperé a que los personajes entraran en acción.
Comenzamos a mover los controles para empezar la pelea. Hice algunos de los trucos que mi padre alguna vez me enseñó y debilité a su personaje.
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¿Algún Día Seremos Cómo Las Estrellas?
Romance¿Alguna vez te has sentido hermosa, inteligente, alguien querida, que brillas más que todas las estrellas juntas y de repente llega alguien o alguna situación y ¡bam! Te dan un fuerte golpe en la autoestima, que hace que pienses que eres todo lo con...