capítulo 7

32 1 0
                                    

LUCA

Nunca me imaginé que iba a contar algo como esto, pero ella me trasmitía confianza y sabía que no me iba a juzgar.

- pues a ver mi infancia fue más o menos buena, por entonces era hijo único , tenía amigos y bueno lo típico.  Un año antes de entrar al instituto me enteré de que mi madre estaba embarazada de mi hermana y estaba superilusionado, siempre había querido un hermano o hermana. Cuando nació no puede evitar llorar de la emoción , era tan pequeña y tan mona
Con forme pasaba el tiempo nos hacíamos muy unidos - en este punto de la conversación , yo solo miraba a un punto fijo, sabiendo que ahora tocaba la parte más dolorosa de la historia - todo era bonito hasta que echaron a mi padre del trabajo, empezó a beber todos los días, venía a las tatantas de la madrugada borracho. Intentó dejarlo y supuestamente ya había superado la adicción, hasta que en el cumpleaños número cuatro de mi hermana hada bebió a escondidas, nadie lo sabíamos , cuando volvíamos de casa de mis abuelos, tuvimos un accidente - las lágrimas rodaban sin permiso por mis mejillas, y por una vez en años me permita contarlo- fue en una rotonda, cogió más velocidad de la que debería y dio vueltas de campana haciendo que todo el coche rodara e impactará muy fuerte contra el suelo, en una vuelta la sillita de Hada se rompió y se golpeó muy fuerte en su cabecita, perdió mucha sangre, cuando llegamos al hospital, mi padre tenía un par de costillas rotas y algunos cortes, mi madre prácticamente igual aunque tenía más cortes por la cara. Yo no tuve tanta suerte, me rompí algunas costillas, me fracturé el hombro del impacto, tenía varios cortes por el cuerpo, pero el peor fue un cristal grande que me hizo un corte des del pecho al ombligo, no era muy profundo, pero fue suficiente para dejar la cicatriz.

Cuando me desperté mis padres ya estaban más o menos mejor, pero tenían que estar un tiempo en el hospital al igual que yo y Hada, o eso pensábamos .

Ese mismo día vino un médico y nos comunicó que Hada no había sobrevivido , había perdido demasiada sangre y ya no pudieron hacer nada - Atenea estaba llorando al igual que yo,
No era una historia demasiado agradable- esa, noticia nos devastó a todos, no tardamos mucho en saber que mi padre iba ebrio al volante, sus análisis le delataron, mi madre le pidió el divorcio y yo no quise saber nada de él, me arrebató lo que más quería y por su egoísmo tomó la decisión de mentir y no decir a nadie que realmente no estaba bien, como para conducir.

-Dentro de poco hará un año de su muerte, y no estoy preparado para eso, y esa es mi historia - Atenea me miraba con una cara de no saber que decir ni que comentar, y lo entiendo, pero fue cuando se levantó y me abrazó.

Necesitaba más ese abrazo de lo que me gustaría admitir, dejamos de hablar de estos temas ya que no era agradable para ninguno, al poco tiempo me despedí y me fui a casa.

Al entrar la casa estaba silenciosa y triste, llevaba así des de que ella se fue. 

-Mamá ya estoy aquí

-hola hijo, ¿qué tal el día? - su cara se veía cansada de tanto trabajar, por las noches no dormía bien, le podía escuchar llorar hasta la madrugada y eso me rompía aún más el alma, porque yo también lo hacía.

Nuestra relación poco a poco empezó a perder comunicación, cada uno sobrellevaba el dolor a su manera, ella trabajando y yo dibujando o estando solo, ella perdió a su marido y a su hija, yo, a mi padre y a mi peque.

Únicamente nos teníamos el uno al otro, y, sin embargo, nos sentimos, vacíos, solos.

Era tan inexplicable , todo el dolor que sentíamos.

Mi madre iba a un terapeuta, para poder sanar, yo no.

Yo no creo en eso, y no me apetece contarle mis problemas, o mis rayadas mentales a un desconocido.

Mil y una heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora