Prólogo

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Hace mucho tiempo atrás un ángel se enamoró de un humano y rompió las reglas por amor, él ángel iba hacer castigo arrancándole sus alas y él alama del humano iba a quemarse entre las llamas y desaparecer, pero todo cambio cuando vino otro ángel y ocupo el lugar del ángel que iba hacer castigado al instante sus hermosas alas blancas fueron arrebatadas de su piel de una forma dolorosa y cruel dejando un charco de sangre. Mientras él humano fue salvado por una humana le tenía un amor tan puro y fiel que fue capaz de tomar su lugar y dejar que su alma ardiera entre grandes llamas del gran fuego azul.

Aquel sacrificio hizo que uno de los ángeles más poderosos enfureciera e hizo que los cuatro jóvenes obtuvieran un castigo que los marcaría por siempre. Al reencarnar se volverían a reencontrar. "Amarán y serán correspondidos, pero cuando recuperen sus recuerdos todo cambiará y serán el final trágico de su castigo".

-Eda... ¿estás segura de lo que vas hacer?

-Es la única forma de que todo acabe- se giró a mirar al ángel que la acompañaba-. Además, ella ha decidido y si es lo que quiere – sonrió con tristeza- no puedo retenerla.

Seis años después

Al abrir mis ojos todo se tornaba de borroso por la luz que no me dejaba ver con claridad, parpadeé varias veces hasta que pude ver con normalidad y me encontraba en habitación de color blanco con un gran ventanal que dejaba entrar la luz del cielo. Intente levantarme de la cama y ponerme de pie, pero mis piernas estaban entumecidas.

Escuché la puerta de la habitación abrirse, me iré a ver de quien se trataba y era una mujer vestida de un traje blanco, al verme sus grandes ojos marrones se agrandaron de la impresión y salió rápidamente de la habitación. Unos minutos después otras personas entraron y me hicieron muchas preguntas que no entendía, también me realizaron algunos exámenes.

Me llevaron nuevamente a mi habitación y aún no entendía que sucedía hasta que vi entrar a un hombre mayor de por lo menos 45 y 50 años, sus ojos se cristalizaron al verme, su rostro reflejaba una gran tristeza lo cual hizo que me sintiera triste.

-Señor... ¿Quién es usted? –pregunte curiosa.

Él se acercó y se sentó se el asiento que estaba alado de mi cama después tomó mis manos sin dejarme de mirarme, sonrió con tristeza mientras sus ojos me miraban con ternura.

-Los médicos han dicho que tienes amnesia y que por eso no puedes reconocerme.

-¿Qué quiere decir?

-Soy tu papá- dijo con voz suave.

-Ahora entiendo porque tantas preguntas...- respiré hondo- ¿Cómo me llamo?

-Celeste... -repite-. Celeste como tu madre- sonríe con tristeza.

- ¿Dónde está ella?

-Ella...- bajó su mirada- murió hace muchos años.

-Entiendo.

Sin esperar la puerta se abre bruscamente y un extraño aparece de la de nada, se veía tan triste e impresionado, me sentía incomoda en la forma en la que me miraba. Pero también sentía una sensación extraña y desconocida, todo empeoró cuando entro una niña pequeña y se acercó a mí.

-Mamá...- dijo sin dejar de mirarme.

- ¿Disculpa? –miré a al hombre que decía ser mi padre- ¿Quién es ella y porque me dice mamá?

-Mamá- sus grandes ojos verdes se inundan de lágrimas- ¿De verdad no sabes quién soy yo?

No podía sentir ningún sentimiento por ella por alguna razón.

CORRESPONDIDOS: UN NUEVO INICIO (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora