Habían pasado muchas cosas estos últimos años y finalmente era el fin de un nuevo inicio para nosotros, pasamos por muchas cosas juntos, lloramos, reímos, sufrimos, perdimos y finalmente maduramos con el dolor. Al fin íbamos éramos libres y no habría más profecías, nos más recuerdos de nuestras vidas pasadas ahora podíamos vivir como cualquier persona normal.
- ¿Axel? – me acerqué a él.
- ¿Liam? ¿Qué haces aquí? – me miró desconcertado.
-Alaia me pidió que viniera recogerla hoy – respondí.
-A mí también me lo pidió.
- ¡Papás! – nos llamó y corrió hacia nosotros – vinieron.
-Como no vendríamos – respondí.
- ¿Hay algo especial hoy?
-No – se puso en el medio de nosotros dos y nos agarró del brazo – los extrañaba, hace mucho tiempo no me viene a recoger.
-Si mal no recuerdo tus nos dijiste que ya no era necesario – dije sonando herido.
-Es cierto, nuestra Alaia ya no es tan pequeña como antes.
-Papás yo siempre seré su niña, a pesar de que ya no seré la única heredera de todo.
Liam entrecerró los ojos y negó con la cabeza – Mocosa, materialista.
-Papá el dinero es importante.
- ¿Por qué crees eso? – pregunte.
-Claro que no pedo comprar el amor de una persona con dinero, pero por lo menos tendré lujos, viajes, comodidades y con eso basta...
-Esta nueva generación es especial – dije.
-Mejor vallamos al restaurante – propuso Liam.
- ¡Si! – exclamó hambrienta – ya tenía mucha hambre.
[...]
-Esto no es un restaurante – Liam me miró con mala cara.
-Y que es una librería.
- ¡Es una pizzería!
- ¿Y?
-Yo quería ir a un restaurante.
-Es tu culpa por consentirla – respondí.
Él bufó indignado.
- ¿Yo? – arqueó la ceja - ¿Cuándo hice eso?
-Volví, papás – dijo nuestra hija sentándose al frente de nosotros – ¿De qué me perdí?
-Tu padre está lloriqueando porque no lo llevamos aun restaurante.
-Y qué es esto una librería – dijo riendo.
-Dejen de burlase de mí.
-Papá, te ves tan lindo enojado.
- ¿Alaia Peterson? – una mujer desconocida se acercó a nosotros.
-Maestra Liz.
-Eres tú, mi niña has crecido tanto.
Alaia se levantó y la abrazó – Maestra, usted sigues tan hermosa como siempre.
-Oh, pero que cosas dices niña – se sonrojo ante los halagos de nuestra hija y luego nos miró –. Siguen juntos que alegría.
- ¿Eh?
-No comprendo – dije confundido.
-Papás recuerdan a la maestra que les presente cuando tenía seis años, pues es ella.
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CORRESPONDIDOS: UN NUEVO INICIO (COMPLETO)
RomanceUno de los ángeles más poderosos enfureciera e hizo que los cuatro jóvenes obtuvieran un castigo que los marcaría por siempre. Al reencarnar se volverían a reencontrar. "Amarán y serán correspondidos, pero cuando recuperen sus recuerdos todo cambiar...