CAPÍTULO 22

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LUCAS CRAFT

Faltan escasos diez días para la boda.

Y tan sólo siete días para el ensayo de la ceremonia.

Mi corazón cada que pienso en ello da un vuelco en mi pecho.

Al fin encontré a una mujer que me aceptara tal y como soy, y que está dispuesta a compartir su vida conmigo a pesar de la mierda que hay en mi vida, a pesar de mi pasado, a pesar de los errores, y a pesar de que hemos estado a punto de renunciar a todo.

De renunciar a un nosotros.

Pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas, no hay nadie ni nada que pueda separarlas. Porque esto es real, esto en verdad está sucediendo.

Ella y yo. Seremos uno mismo.

Juliet O'Farril está haciendo un más que excelente trabajo, y yo me alegro de haberla escogido para encargarse de la organización de nuestra boda. No puedo ocultarlo me encanta ver a Melissa emocionada, ilusionada, feliz, como una niña pequeña.

Ella tiene todo el poder sobre mí.

Antes eso me daba miedo, porque me sentía vulnerable, pero ahora no, ahora soy feliz dándole ese poder, porque ella es la mujer indicada, la mujer que no sabía que necesitaba en mi vida antes de conocerla, porque ella hace de mí alguien mejor.

Ella es el amor de mi vida.

Ella puede hacer de mí lo que quiera.

Soy completamente suyo.

Me he vuelto adicto a ella como nadie se hace una idea, y esta vez no me refiero a un plan sexual, me he vuelto adicto a su amor, a su calidez, a su sonrisa, a sus ojos. Me he vuelto adicto a ser amado sin restricciones, a tener a alguien junto a mí, alguien que me apoya, que me cuida y que me hace bien en todos los aspectos.

Es por ello que nos he obligado a mantenernos en abstinencia, quiero que sepa que no me estoy casando con ella sólo por nuestros cuerpos, sino por todo lo demás.

Sé que a ella no le agrada mucho la idea porque para los dos es una manera de demostrarnos el amor de una forma más profunda que cualquier palabra pueda expresar, es algo único, casi mágico.

Hacerle el amor es algo tan sagrado, y esta vez me reservaré hasta nuestra noche de bodas, a nuestra luna de miel, sin importar el lugar que ella haya decidido que viajaremos.

Porque deseo—mejor dicho porque necesito—venerarla, admirar su cuerpo, y besarlo centímetro a centímetro, haciéndole saber que cada parte de ella es perfecta, sin importar las marcas de su pasado, porque ella ha hecho lo mismo con mi alma y con mi corazón.

Quiero tatuar en su mente y en su piel la amo tal y como es.

Porque ella también es mía completamente.

Porque ambos nos pertenecemos.

Ahora sólo rezo porque esos diez días—tan cercanos pero a la vez lejanos—pasen rápido.  

EL RESPLANDOR EN TU MIRADA © (Nuestras Miradas  #3) [COMPLETA✔️].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora