Capítulo n°25 ~Hospital central de Slone City~
El auto de policía paró en la puerta de la zona de urgencias, desde las ventanas del auto se podían ver las ambulancias yendo y viniendo, las camillas con pacientes muy mal heridos entrando, todos victimas de la explosión del edificio de la compañía Extracorpórea.
—Quédense aquí, tengo que ir a ver qué pasó, por favor no salgan del auto sin importar las circunstancias —Después de decir eso, el policía que las había traído salió del auto.
—Quiero confiar en ti Aiden, espero que no me decepciones —dijo Agatha desde la ventanilla izquierda del auto.
—Eso nunca Agy —le dio una sonrisa y se fue hacia sus compañeros que estaban del otro lado de la zona de urgencias.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Astrid mirando a su alrededor pensativa.
—Esperar —respondió Agatha acomodándose en la parte trasera del auto, con los pies estirados.
Eso no pareció bastarles a las chicas a su lado y agregó:
—Él es la persona en la que más confío, solo hay que hacer lo que dice y vamos a estar bien.
Harley se acomodó también y se quedó mirando desde la ventanilla del auto, observando todo lo que pasaba afuera.
Las personas heridas estaban gritando de dolor, mientras otras estaban inconscientes, y mientras otras tenían una etiqueta negra en la muñeca, indicando que habían muerto; los habían rescatado, pero aun así no habían sobrevivido.
Los dotores y enfermeros ahí dentro se veían agitados y estresados, la cantidad de personas que ingresaban por minuto era abrumador.
Desde ahí pudo escuchar como un doctor se acercó a una de las ambulancias y le dijo a los paramédicos que los llevaran a otro hospital, que ya estaban llegando a su límite en urgencias, se estaban quedando sin camillas y sin médicos libres, todo era un caos ahí dentro.
La cantidad de familias y personas desorientadas caminando por la sala de urgencias también era una locura, había guardias retirando a la gente, pero era muy complicado hacerlo cuando una gran muchedumbre se reunía para protestar y exigir información de sus seres queridos.
Sabía muy bien lo que el dolor de perder a alguien podía causar.
Habían de todo, padres, madres, niños, todos llorando o gritando, otros estaban medianamente tranquilos sentados en la sala de espera, algunos rezando por sus seres queridos, otros abrazándose como familia, y otros llorando en silencio en su silla, esperando la terrible noticia.
Entre la muchedumbre pudo ver a alguien que no esperó ver nunca más.
—Lo siento chicas —sin esperar respuesta, Harley salió del auto y fue corriendo, asiéndose paso entre los guardias y las familias contrariadas.
Sabía que no estaba loca, que no había sido producto de su imaginación, tuvo que pasar entre el tumulto, empujando y pidiendo disculpas después.
Había demasiada gente, no podía escapársele de vista otra vez.
Hasta que la vio delante suyo caminado lo más lejos posible de la gente y le agarro de la muñeca deteniéndola.
—Lux, espera.
La niña rubia ojos azules que vio en el hospital la primera vez se giró hacia ella asustada, y cuando vio a Harley una sonrisa se extendió en su rostro, sus ojitos brillaron resplandecientes.
—Harley, has vuelto —la niña corrió a abrazarla, apenas llegaba a abrazarla hasta la cintura, era muy pequeña al lado de ella.
—Pensé que te habías olvidado de mí y nunca más ibas a volver, te estuve esperando, me alegra saber que volviste —soltó la niña en su tono dulce mientras seguía aferrada a Harley, como si cuando la soltara ella se iría.
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Tras El Velo
FantasiTodos vivimos en un mundo que consideramos ya explorado, pero lo que no sabemos es que junto a nosotros, separados por un velo imperceptible, tenemos un mundo donde la ciencia todavía no ha llegado, donde nuestras creencias flaquean, donde espíritus...