Capítulo VIII: Agárrenme para no pegarle a Dante... no, mejor suéltenme.

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Hola, mis amores bellos. Antes de que empiecen a leer, recuerden que ustedes son parte de mi vida. En serio no tengo palabras para agradecer lo mucho que las quiero, a pesar de que sea media pendejita a veces, sepan que ustedes son mi excepción. Gracias por darme una razón por la cual ser feliz y encontrar una respuesta de la vida, así como yo las salvé, ustedes me salvaron. Las adoro con todo mi corazón.

Somewhere Only We Know.
Keane

Dante

Una luz llega a mis ojos, trato de evitarla, pero cada vez se hace más fuerte.

Estrujo mis ojos y los abro lentamente, sin embargo, el sueño se me va cuando es la silueta de una persona.

Estoy en la sala, tirado en el sofá, ahora no sé si estoy soñando o es la realidad.

Parpadeo con los ojos entrecerrados para centrarme, la luz poco a poco va disminuyendo y logro centrar a la persona que está frente a mí. Ella se sienta en el sofá y toca mi hombro, yo aún sigo petrificado.

-Tranquilo, es un sueño -no respondo-. Creo que tú y yo tenemos que hablar.

-¿Sobre qué?

Sonríe, con obviedad.

-¿Por qué no me dejas ir?

-Priscila, yo te sigo queriendo a ti...

-Y lo sé, pero tú tienes derecho de seguir con tu vida. Tienes que soltarme, Dante.

Suspiro y entrelazo mi mano con la suya, apretándola con fuerza.

-No puedo -susurro-. Tengo miedo de perder a otra persona más, Priscila. Y ella... sólo es una amiga.

-No me mientas, sé que te gusta Alara. ¿Y quién no? Se nota que es preciosa, pienso que es la indicada para ti.

Aprieto mis labios y me quedo cabizbajo, tengo ganas de llorar. Esto se siente muy real aunque sé que es un sueño, uno lúcido.

Siento que puedo hablar todo lo que quiera, al igual que puedo controlar mis movimientos, no es como si fuese por inercia.

-¿Por qué me dices esto?

-Porque te amo, al igual que a Perla. No digo que sea una madre para ella, pero al menos sé que será la novia indicada para ti.

La luz fuerte antes de que despertara, llega a ella y me tapo los ojos, poco a poco se aleja, siento que mi piel arde.

-Piénsalo, Dante. Deja de siempre estar a la defensiva...

-¡Dante! -siento que me sacuden bruscamente- ¡Dante, joder!

Sacudo mi cabeza y vuelvo a estrujar mis ojos. Me encuentro con Alara, frunzo el ceño y miro a mi alrededor.

-¿Q-qué...? -me percato de que estoy de pie, justo frente al sofá.

-¿Eres sonámbulo?

El jodido Karma de DanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora