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LUCÍAN

—Princesa,¿es cierto que han robado la bóveda de Ciudad Negra?

—¿Qué se han robado, princesa?

—¿Donde está la reina, princesa?

Habían muchos periodistas rodeando a Zafiro y haciéndole preguntas que ella no respondía, solo pasaba de largo siendo custodiada por su equipo élite y todos les daban el paso ante la sensación intimidante de esas seis personas que estaban tan serias como mi compañera y que la acompañaban a donde ella se moviera.

Hacía casi dos semanas que no la veía pues estaba más que ocupada entre sus compromisos como heredera, el robo de los expedientes y una misión fallida en China que puso a Alexa furiosa por algún motivo que no quería decir.

No sabía qué estaba pasando exactamente pero los cazadores estaban ocultando algo grande y se evidenciaba en la actitud histérica de Alexa cuando su concejal no la dejó bajar a la ciudad madre.

Por otro lado, el alpha estaba tan ocupado como Zafiro y lo sabía por que había estado con él desde que ella se marchó. Estuvimos en diez países en las ultimas dos semanas y si yo me sentía cansado me compadecía por Ethan al ver las ojeras bajo sus ojos y las inmensas cantidades de café que bebía pues el hecho de que los cazadores por todo el mundo comenzaran a reforzar sus puestos con nuevos integrantes tenía a todos los líderes con los pelos de punta ya que no era algo que pasara normalmente.

Por otra parte, Zafiro, por primera vez, emitió una orden de captura a nivel mundial para Khail y quería saber qué pasaba por su mente para que hiciera eso pues yo sabía muy bien que ella era quien  deseaba capturarlo personalmente no solo por tener el placer de torturarlo vivo, no, yo estaba consciente de que muy en el fondo ella seguía enamorada de él y por eso deseaba enfrentarlo, para soltar todo lo que la atormentaba desde años atrás.

—Alpha— escuché  que lo llamaron y abrí la puerta de la suite para encontrarme a una persona que nunca me esperé.— Príncipe Lucían.

—Jim Morgan— saludé con curiosidad pues el hecho de que el concejal de Zafiro estuviera parado allí solo podía ser por orden de la misma Zafiro.— ¿A qué se debe el honor de tu visita?.

—Zafiro me ha enviado— confirmó mi sospecha y lo dejé entrar cuando Ethan ingresó a la sala de la suite.— Me ha dicho que se encontrará con ustedes en la gala de Turquía.

—Eso es en un mes— habló Ethan molesto y enarque una ceja entendiendo su posición pero no la de Zafiro.

Ella huía de nosotros aún si estábamos en la misma zona y eso era algo que tenía molesto al alpha, sin embargo, yo entendía que ella no quisiera aceptar que ahora era una mujer comprometida y que pronto sería la hora de nuestra boda porque todo había sido tan rápido que incluso yo aún lo procesaba.

La reina se había encargado de comunicarnos hacía apenas una semana que Zafiro debía casarse y eso nos dejó en el limbo ya que desde el principio dejamos claro que nuestra marca no significaba nuestra unión en matrimonio pero después de la misión en China todo cambió. Alexa no quería darnos explicación alguna y Zafiro solo huía de nosotros haciéndonos comprender que ella sabía el motivo de tal decisión aún cuando todavía no se hacía público.

—Ustedes no comprenden la magnitud de lo que ha sucedido en Ciudad Negra y lo que conlleva— la defendió como siempre y rodé los ojos siendo consciente de que ese hombre, más que ser su concejal, era su mejor amigo.

Ellos habían nacido el mismo día por lo que crecieron juntos, entrenaron juntos y se desenvolvieron como la mejor pareja de cazadores de su generación al punto de ser mejores incluso que la misma reina, eso debido a que Zafiro había entrenado con querubines durante algunos años en los que sus deberes como princesa y los entrenamientos la dejaban casi al punto del colapso.

El Corazón de la princesa cazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora