El Corazón de la princesa cazadora

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Zafiro
Para: Alexa

Tu abuela murió murió por mi causa y tu madre no fue mía gracias tu padre, pero, de alguna u otra forma llegaré al trono que por derecho me corresponde.
Prepárate, voy por ti ahora, princesa.

Nail Ortiz

Leía esa maldita carta una y otra vez conectando algunos puntos en mi cabeza pero, para revelar lo que pensaba, primero debía tener pruebas que me apoyaran.

Sabía que Nail Ortiz Evans era un híbrido demonio vampiro que fue hijo de la princesa Hebrea Evans, segunda heredera al trono y hermana de la entonces reina Casandra 2 mil años atrás. Él fue el asesino de la reina Casandra al querer usurpar el trono y por ello fue eliminado de los expedientes de la familia por su propia madre pero no entendía por qué hasta hace unos siglos volvió con la obseción de ser el rey de los cazadores. Hacía dos milenios atrás había ocurrido tal suceso y él apareció poco después de que comenzara la guerra. Además, él no tenía ningún derecho a reclamar el trono porque, aunque fuese el heredero de la reina Hebrea, fue exiliado y por ello su hermana fue quien tomó el trono casi ochenta años despues de que él desapareciera.

Por otra parte, gracias a los gemelos de Asmodeus había descubierto que Nail estuvo en Rusia buscando algo y ese algo era su hijo, mismo que estuvo escondido allí durante varios días y ahora eso me hacía preguntarme qué estaba sucediendo. No era normal que Khail huyera de su padre y menos que éste destrozara personalmente toda una aldea lo cual me hacía sospechar que debió ocurrir un suceso grave para que Nail actuara personalmente y no solo a través de los sangre negra.

En cuanto a los gemelos de Asmodeus en sí, pasaron directo a mi equipo élite así que viajaron conmigo el mismo día que partí de Rusia y estaban siendo duramente entrenados aunque su padre se negaba rotundamente pero, para su mala suerte, ellos eran hijos de una cazadora y por lo tanto yo disponía de ellos a menos que renunciaran a su especie, lo cual no quisieron. Esos jovenes serían mis conejillos de india junto a las muestras de mi sangre que fueron tomadas durante la semana en que fui curada, esto con el fin de crear una vacuna para prevenir el virus en humanos y erradicarlo en los sobrenaturales.

Habían pasado varios días desde que estuve en Rusia por lo que mi madre revolucionó el mundo con la noticia de mi compromiso con el alpha y Lucían. Era la primera vez que ocurría esto y eso hizo que la prensa estuviera tras mi culo al punto de hostigarme y darles un susto de muerte, literalmente, ya que accidentalmente congelé seis hectáreas de áreas verdes y eso le provocó una pequeña hipotermia a varios de los periodistas pero con eso habían dejado de molestarme.

—¿Qué es?— susurró Lucían despertando y haciendo una mueca al ver una copa en mis manos.

Eran las cuatro de la mañana y, aunque estaba exhausta después de una deliciosa noche de sexo con Lucían, no podía dormir. El alpha estaba sumergido en una pila de trabajo que no le dejaba horas libres ni siquiera para comer debido a la forma en que los sangre negra se habían estado moviendo por los territorios de las manadas en todo el mundo.

—No tiene alcohol, si es lo que te preocupa— respondí enseñándole la copa de vino y él suspiró.— Creo que aún no estoy lista para consumir ese brebaje del demonio.

—Sé que no bebes alcohol, me refería a la carta— comentó levantándose de la cama para sentarse a mi lado en el sofá y suspiré de manera pesada. Me costaría acostumbrarme a la vida que me esperaba junto al alpha y a Lucían pero ya no tenía otra opción.— Te ha puesto... rara, no lo sé. Tus sentimientos aún son difíciles de interpretar a través de lazo.