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ZAFIRO

Estaba nerviosa y no podía evitarlo.

El día en que marqué a Lucían siendo a penas una niña estaba claro en mi mente como si hubiese sucedido a penas unos segundos atrás y es que el deseo de obtener lo que quería junto a la seguridad que el lazo me brindaba era algo que quería sin dudar pero marcar al alpha... me estaba siendo difícil y no porque no lo deseara sino por que al hacerlo Nail podría desistir de mí y buscar una generación futura. No quería eso para mi familia pero no tenía opción.

-Calma- me susurró tomando mis manos para que lo abrazara y suspiré sintiendo la calidez que su piel emanaba y que contrastaba tanto con el frío que caracterizaba la temperatura de mi piel.

El alpha se encontraba sentado en la orilla de la cama, sin nada que cubriera su torso y conmigo detrás esperando a que lo marcara. Aún estábamos en el Jet así que le echaba la culpa de que sintiera un vacío enorme en mi estomago y una fuerte ansiedad.

-No era así como quería hacer esto- susurré muy a penas sabiendo que él lo escucharía claramente y lo sentí sonreír a medida que su corazón se aceleraba ligeramente a cada segundo que pasaba. Él estaba nervioso.

-Lo sé, las cosas no siempre son como se planea, sin embargo, esto es algo que incluso si ocurriera en mil años nos beneficiaría- esta vez sonreí yo al encontrar la razón en sus palabras y respiré profundo.- Sé que tus colmillos son más largos que los míos así que creo que va doler- susurró burlándose de sí mismo pero eso era algo en lo que estaba muy errado.

-Estás muy alejado de la realidad ya que a diferencia de los terrenales, los seres espirituales provenientes del infierno podemos inyectar la hormona que provoca el placer así que muy seguramente lo vas a disfrutar e incluso puedo inducirte a un celo- él pasó un trago grueso procesando la información a medida que una de mis manos bajaba por su abdomen marcado que tanto me provocava y pasé mi lengua por sobre la zona donde latía su yugular deleitándome con el sabor ligeramente salado del poco sudor que le perlaba la piel.- Es una lástima que no podamos tener sexo hasta que vuelvan a ponerme el jadelle.

-¿No te lo puso Lilian antes de subir?- preguntó confundido y negué tan desilusionada como él.- ¿Algún motivo específico?

-Mi hermana quiere verificar el estado de mi sangre para ajustar la dosis del medicamento y las grandes cantidades de hormonas le dificultan ese trabajo así que aprovecharon para hacer algunos analíticos, algo rutinario- Tal vez él se encontrara preocupado ya que nos habían explicado que necesitaba cierto nivel de medicamento en mi sangre para que mi cuerpo pudiese absorberlo de forma correcta y debido a que mi metabolismo se había acelerado con la última transformación se necesitaba de un ajuste.- No es la primera vez que esto sucede, pero es totalmente necesario.

Él sonrió calmado y solo entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba sacando conversación para poder calmarme y en serio le estaba funcionando porque ya no sentía mi cuerpo temblar como una gelatina sino que estaba ansiosa por completar el enlace.

-¿Lista?- sonreí sin poder evitarlo y lamí mis labios preparándome para lo que se venía. No sería fácil mantener el control en una situación donde el instinto estaba por encima de la razón.

-Es posible que parte de mis poderes se transfieran a ti por un tiempo así que si sientes frío intenso intenta no entrar en pánico- no esperé respuesta, clavé mis colmillos en su nuca hasta que mis encías tocaron su piel causándole un gran gemido de dolor que casi de inmediato se ahogó.

No esperaba sentir tan rapido el peso de sus emociones en mi mente, sus pensamientos y sus sentimientos como si fuesen míos. En mi cabeza se formó una tormenta a medida que la piel del alpha se enfriaba incluso más que la mía, su marca en mi cuello ardió intensamente y entonces algo hizo click. La tormenta se disipó dejando, el frío dejó su piel que rápidamente tomó una temperatura más alta de lo usual y su respiración se agitó.

Jadeé al sentir una calma inexplicable y suspiré relajando mi cuerpo al máximo siendo consciente de aquello que el alpha me brindaba. Lucían era un fuego intenso que inundaba mis pensamientos de manera errática y el alpha me brindaba calma, paz y tranquilidad. Era un verdadero equilibrio para mí y me sentía tan... completa que simplemente me dejé llevar por el momento cuando las feromonas del alpha comenzaron a cubrirme.

No esperé más, mi cuerpo reaccionó de manera inconsciente ante la gran cantidad de feromonas que inundaron el ambiente y que terminaron excitando mis sentidos al máximo.

-Zafiro...- temblé al escuchar su voz ronca dando una orden silenciosa pero aún así me mantuve. Aún faltaba y podía sentirlo, el lazo se había completado pero entre él y yo aún había un poco de distancia, algo faltaba.- Te amo.

Solo esas dos palabras bastaron para que mi mente se fusionara con la del alpha de tal forma que sentí como si la fusión fuese corporal pero no, estaba a sus espaldas con los ojos nublados por las lágrimas a medida que comenzaba a retraer los colmillos lamiendo al mismo tiempo la herida para que no doliera después y ahora sabía que él sentía todo el revolcón que había causado en mi mente y corazón al decir eso.

-No hay vuelta atrás- susurré cuando me tomó de la cintura para sentarme ahorcadas sobre sus piernas y sentí mariposas en el estómago cuando sus labios atacaron los míos de forma demandante. Su lengua comenzó a recorrer mi boca exigiendo mi sumisión y eso era algo que no le daría, al menos no por completo.— Alpha... no podemos...

—Lo sé, solo... deja que me calme— jadeó al dejar mis labios para meter la cara entre mis pechos e inhalar con fuerza.— Eso fue...

Él no era el único alterado, mi entrepierna palpitaba queriendo más que solo besos y manoseos con los que él alpha me estaba torturando además de tener su polla endurecida restregandose en mi coño a pesar de que la ropa estaba entre ese roce tan rico.

—Hay que parar— susurré moviendo mis caderas para generar más roce y chillé con el placer que me estaba nublando el juicio pero la única que podría parar era yo debido a que el alpha estaba embriagado de mis feromonas... si seguía así terminaría por inducirle un celo.

—Soy tuyo— susurró con la voz ronca y temblé al ser consciente de lo que su bestia me estaba diciendo con esas palabras. Me estaba brindando sumisión y eso era algo que un alpha enigma rara vez podría dar.— Solo tuyo.

Esta era una muestra más de cuanto podía confiar en el alpha y también lograba que mis sentimientos por el se volvieran más fuertes con cada día.

El Corazón de la princesa cazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora