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Ethan

Dos días habían pasado desde que Zafiro adquirió su forma de lobo y aún no regresaba a su forma humana por lo que él frío azotaba ferozmente la región e incluso las paredes de la habitación crujían debido a la baja temperatura extrema que solo podía soportar gracias a que también permanecía en mi forma animal y a una chimenea que no se había apagado gracias a Alexa que a su vez mantenía a los demás lo más calientes que pudiera ya que ella controlaba el fuego.

Preciosa— la llamé pero no obtuve respuesta alguna y, sino fuera porque estaba respirando tranquilamente, pensaría que estaba muerta. Ella estaba tan tranquila durmiendo frente a la chimenea que parecía una imagen irreal y hermosa pero necesitaba que volviera a su forma humana lo más pronto posible o terminaría por matarnos de frío.— Zafiro...

—Duele— fue lo único que resonó en mi mente con esa voz melodiosa que ahora sabía que le pertenecía a esa bestia de inefable pelaje blanco. Era la primera vez que me hablaba en los dos días que llevábamos encerrados pero eso me bastaba para calmarme y tomar aire tranquilamente.

Pronto su cuerpo comenzó a crujir y ella emitió chillidos de dolor que me alertaron viendo la manera en la que se retorcía mientras la sangre comenzaba a manchar su impoluto pelaje, su huesos se partían lentamente para reacomodarse y, lo que a un lobo normal le tomaría un milisegundo, para ella fue un calvario de poco más de cuatro horas en las que su cuerpo tomaba forma humana haciéndome consciente de porqué ella no solía transformarse.

Al final de las cuatro horas con veinticinco minutos solo quedaba su cuerpo en forma humana cubierto de sangre, con mucha dificultad respiratoria e inconsciente. Yo estaba en el mismo lugar en el que había permanecido pasmado durante todo el proceso en el que solo pude acariciar su cuello al final para recibir una sutil caricia de su parte antes de desmayarse y no me alejé, por el contrario, me acerqué lo más posible a su cuerpo con el fin de que mi olor la ayudara a calmarse y a recuperarse.

Cuando la temperatura comenzó a aumentar tomé mi forma humana para tomar en brazos a la princesa y llevarla  a la cama mientras preparaba la tina con agua caliente debido a que la temperatura la podía enfriar rápidamente. Necesitaba asear a Zafiro ya que estaba cubierta de sangre de la cabeza a los pies y cuando al fin pude meterla a la tina ella despertó causándome un susto de muerte al ver sus ojos entintados en negro.

—¿Te duele algo, nena?— pregunté de forma nerviosa al sentir su fuerte mirada sobre mí al mismo tiempo en que sus colmillos se asomaban entre sus labios pálidos y solté el aire que no sabía qué retenía cuando negó lentamente por lo cual continué aseandola y asegurándome de eliminar cualquier rastro de sangre ya seca de su piel.

Luego de limpiarla la tomé entre mis brazos para llevarla a la cama con mucho cuidado ya que su piel tenía heridas abiertas y moretones que tardarían unos días en sanar. Me había dado cuenta rápidamente de ésta era su habitación y que en el guarda ropa había mucha ropa para ella por lo que había tomado uno de los muchos conjuntos de ropa interior de encaje y ropa de dormir que la abrigara del frío pues noté que temblaba mientras la dejaba sentada en la cama.

—Alpha— susurró muy a penas debido a lo ronca que tenía la voz y levanté mi rostro ya que me había arrodillado con el fin de ponerle las bragas.— Tengo sed...— pasé un trago grueso al ver sus afilados colnmillos asomarse entre sus labios y lamí mis labios deseoso mientras sus manos comenzaban a bajar por mi pecho lentamente y su olor se tornaba más dulce e intenso.

Me quedé helado y con la respiración agitada a medida que su boca dejaba un rastro de besos desde mi oreja hasta la zona donde latía mi yugular. No entendía mi nerviosismo pues ya ella había bebido de mí, sin embargo, temblaba ligeramente con solo sentir el filo de sus colmillos deslizarse por mi piel dejando un pequeño ardor que en algún punto me hizo jadear al mismo tiempo que mis manos se aferraban a su pequeña cintura.

El Corazón de la princesa cazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora