Zoológico de estrellitas

877 81 22
                                    


- Ufff... Dios... Rosé... - Sentí sus manos afianzarse en mis caderas mientras yo ascendía y bajaba sobre su erecto miembro, moviéndome con destreza, tratando de obtener algo de placer. - Oh... mierda... - gruñó sobre mi hombro, aferrándose más a mi cintura. 

Me sujeté fuertemente con las manos al respaldo del asiento trasero de aquella limusina y me moví aún más rápido, notando mi orgasmo llegar. Solté un gemido al obtener placer y rápidamente me aparté de él, sentándome al lado, acomodando mi ropa interior mientras él aún se recuperaba.

- Dios... eres una maldita Diosa ardiente. - gruñó girándose tratando de acercarme más a él pero rápidamente me aparté.

- Oh... qué tierno - fingí dulzura. 

- Quizá podamos repetir en algún momento de la noche... - se quitó el preservativo y lo tiró en una papelera, acomodándose los pantalones.

Reí divertida porque la idea de montármelo en aquel sitio no me disgustaba del todo.

- Rosé... - me giré hacia él. Oh no... conocía esa mirada. - Llevamos saliendo ya unas semanas... yo... bueno... - tragó saliva.

- Eso no pasará, cielo. - lo detuve.

- ¿Qué?

Suspiré - Mira... no quiero joderte ¿si?. Simplemente esto no va a avanzar.

- Pero... vamos... ¿no has sentido esta increíble conexión?.

- Oh... - me acerqué a él dejando caricias en su rostro. - No hay nada que sentir, ha sido solo sexo. - él bajó la mirada - No es algo personal - le guiñé un ojo antes de dejar un beso sobre sus labios. - de verdad que eres tierno. Me caes bien. - sonreí.

De pronto la puerta de la limusina se abrió. - MALDITA SEA ROSEANNE - rodé los ojos. - ¿QUIÉN ES ESTE?.

- Nadie - me encogí de hombros saliendo del coche. - ¿Verdad? - me dirigí al chico que asintió y salió detrás de mí. - Cierra la boca Jiminin - besé su mejilla pero observé cómo él se limpió la cara.

- No quiero saber dónde tuviste esos labios puestos - gruñó tomando mi brazo, arrastrándome con disimulo.

- Es mejor que no lo sepas - le guiñé un ojo antes de dirigir mi mirada hacia las decenas de flashes que rápidamente me cegaron.

- ¡ROSÉ!

- ¡ROSÉ, AQUÍ!

- LINDO VESTIDO, ¿ES DE YSL?

- ¿COLABORARÁS CON SEHUN EN TU PRÓXIMO DISCO?

- ¿CUÁL ES EL SECRETO PARA LUCIR ESPLÉNDIDA, ROSÉ?

Millones de preguntas y flashes me bombardearon a medida que caminaba por aquella alfombra roja. Todos los ojos puestos en mí, como debía ser, como estaba a costumbrada... Sonreí y caminé con seguridad, luciendo mi largo vestido negro, caminando con gracia, contoneándome y sonriendo cuando sabía que debía hacerlo... mostrando esa cara que todos querían ver en mí. Yo lo sabía, era deseada y admirada por todos. No había nada que quisiera que no estuviera en mi mano antes siquiera de mencionarlo. ¿Era eso un pecado?

No, no era déspota, quizá un poco engreída a ojos de los demás. Pero yo tenía muy claras mis ideas y veía mi futuro al alcance de mi mano. Había trabajado mucho para conseguirlo, sí. Me había tenido que esforzar para llegar allí más de lo que ningún otro lo había hecho. Pero ahora que pisaba con fuerza, nadie iba a pararme. Y si eso suponía que tuviera que ser dura en este negocio, yo iba a serlo. No iba a dejar que volvieran a colarse por ninguna rendija de mi armadura.

If you say soDonde viven las historias. Descúbrelo ahora