Pasta

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- ¿Planes para hoy? - preguntó Hyunjin subiendo la última silla a una mesa.

- Oh... - la verdad es que yo no había pensado qué hacer hoy. Mi rutina se basaba básicamente en despertar temprano y marcharme con Love a la oficina, donde Jisoo prácticamente ni me hablaba porque aún seguía enfadada por no querer tomar mi antiguo puesto, y después trabajar por la tarde en la cafetería. Quizá correr después y cenar junto a Love. - Quizá vaya a correr con Love - me encogí de hombros.

- Bueno... si te apetece podrías ir con nosotros a casa. - dijo Minnie. 

- Sí, hago un pollo asado buenísimo. - sonreí por la amabilidad de los hermanos pero negué con la cabeza.

- Hoy estoy algo cansada, pero podemos dejarlo para otro día, si os parece. - los hermanos asintieron mientras cerraban la puerta de la cafetería.

El día había sido totalmente agotador. En realidad toda la semana lo había sido... estaba cansada, trabajar en dos sitios estaba acabando con mi cuerpo y con mi mente. Me sentía fatal porque, aunque sabía que mi hermana no lo diría, ella esperaba que su ley del hielo me empujara a tomar mi lugar... eso no hacía más que hacerme sufrir porque de verdad quería ayudarla, pero no quería volver a entrajetarme y viajar de un sitio para otro cazando talentos y cerrando contratos.

Y por otro lado estaban mis padres, en concreto mi madre... que no dejaba de llamarme para recordarme la maldita gala a la que debía acudir sí o sí.  Yo odiaba las fiestas... las odiaba con todo mi ser. Nunca salía, y las veces que lo había hecho había sido por una causa mayor, Nayeon y sus reproches... o las súplicas de mi hermana o mis amigos, pero podía contar con los dedos de mi mano cada una de las fiestas a las que había ido.

Salí a la acera observando la lluvia intensa. Me coloqué la capucha y miré a Love que parecía sonreírme. Sabía lo que haría en cuanto pusiéramos un pie fuera del tejado que nos protegía y... no me equivocaba, porque en cuanto lo hicimos se tiró sobre la acera revolcándose en el gran charco.

- Estarás contento... - refunfuñé mirándolo mientras se sacudía y me llenaba de barro. - Pienso bañarte, aunque esté totalmente agotada. No te librarás - le dije levantando el dedo en tono amenazante pero él simplemente volvió a revolcarse.

Oh... a quién quería engañar, amo a este perro... fue el mejor regalo del mundo y ha sido mi mejor amigo por muchísimo tiempo. Lo había echado tanto de menos mientras viajaba por el mundo... Aún recordaba su mirada triste cuando revolví sus orejas y besé su cabeza cuando me despedí en el aeropuerto. 

Tiré de él haciendo algo de fuerza y entendió que la diversión había terminado, ambos cruzamos la carretera mojándonos completamente. Total, tendríamos que bañarnos igualmente.

Mientras abría la reja del ascensor un mensaje me llegó al teléfono. Sonreí y sacudí la cabeza. Por enésima vez, Irene y Seulgi se disculpaban por lo ocurrido el otro día en la discoteca.

Flashback

Estaba llegando a casa de mis padres cuando recibí un mensaje de Jisoo pidiendo que buscara unos documentos en Lucky antes de ir hacia casa. Así que dejé a Love con ellos y volví en dirección a la empresa. El ambiente entre mi hermana y yo ya estaba suficiente caldeado como para que yo me negara a dar la vuelta. 

Cuando llegué encontré a Irene y a Seulgi, ambas discutiendo a gritos.

- Hey... ¿qué pasa? - pregunté colocándome en medio de ambas.

- Oh... lo siento señorita Manobal, no sabía que usted estaría en la empresa a estas horas - se disculpó Seulgi mirando a Irene con furia.

- He venido a por unos documentos, pero... ¿qué os pasa? - dije mirándolas. Ambas negaron con la cabeza sin mirarse. - Vale... voy a pretender que me lo creo - me crucé de brazos mirándolas y esperando pacientemente. Sabía que alguna iba a cantar pronto, y efectivamente fue así.

If you say soDonde viven las historias. Descúbrelo ahora