If you say so

Rompiéndolo todo (Parte I)

Observé a Lisa con las manos en el rostro sentada en el sofá. Love y Hank a su lado, ambos tratando de llamar su atención pero ella parecía ignorarlos por completo, solo el sollozo que escapaba de sus labios era audible en aquella habitación, junto a los gemidos tristes de Hank y Love. Recorrí el salón de su departamento con la mirada, pude ver los trozos de cristal de la mesita y el florero sobre el suelo junto a las decenas de revistas rotas desperdigadas, algunos papeles todavía volando con la brisa que entraba por el gran ventanal... 

Tomé aire, sintiendo mi corazón estrujarse y mis propias lágrimas deslizarse por mi rostro... Abrí la puerta del departamento y me marché, cerrándola tras de mí... ¿Qué he hecho?.

Flashback

- ¡Buenos días, vecina! - sonreí al escuchar su voz mientras salía de mi departamento.

- ¡Ah, eres tú! - dije enarcando una ceja sin poder aguantarme la risa. Corrí a sus brazos y me enganché de su cuello, dejando un beso sobre sus labios. - Buenos días. 

Ella sonrió aferrándose a mi cuerpo - Te eché de menos hoy en casa. 

- Lili... - dije dejando caricias en su nuca. - Dijimos que nos tomaríamos las cosas con calma.

- Lo sé, lo sé - dijo dejando besos cortitos en mis labios - Pero uno de estos días demoleré esa pared.

- Si tú lo dices... - le dije provocando que soltara una carcajada.

Montamos en el ascensor junto a Hank y Love, a quienes saludé con efusividad. Una vez en el garaje, montamos en el coche de Lisa junto a nuestros perros y nos marchamos en dirección a Lucky Entertainment.

Durante el trayecto observé a Lisa sintonizar la radio. Ambas cantamos a todo pulmón, riéndonos y besándonos en cada semáforo. Sencillamente se sentía genial. Estar con ella, de esta manera me hacía olvidarme del resto del mundo.

Ya en el parking, Lisa tomó mi mano y sonrió deteniéndome. - Solo un beso más... - suspiró tirando de mí. No pude resistirme y la besé con ansias. - Oh rayos... - susurró cuando nos separamos. - jamás tendré suficiente de ti.

- Oh... no seas cursi, Manobal - reí divertida tirando de ella.

En realidad, no me importaba que fuera cursi, es más, amaba que fuera así y estaba bien con ello pero teníamos una norma. 

Lisa no había estado muy de acuerdo con esto, pero aceptó en el momento en que tras varias salidas juntas, los medios empezaron a especular. Lisa era abiertamente gay para todo el mundo, pero yo... yo no había dicho absolutamente nada, ni a mi familia, ni a mis fans, y muchísimo menos a la maldita prensa. No me había importado lo que dijeran de mí, no hasta que en una de nuestras salidas juntas a comprar una mesita de centro para el departamento de Lisa, ella había colocado su mentón sobre mi hombro y algún idiota nos había fotografiado mientras pedíamos un café en un foodtruck.

Aquello había sido solo la punta del iceberg porque rápidamente recibí notificaciones, y las miles de especulaciones en las redes sociales sobre si ambas estábamos en una relación, y por supuesto... había gente que nos apoyaba y otra gran parte que había dicho cosas horribles, desde insultos hasta decir abiertamente que yo solo quería llamar la atención o hacerme con la fortuna Manobal, en vista de mis antecedentes de despidos en otras empresas.

Lisa había tratado de calmarme cuando la ansiedad se apoderó de mí. Había sido tan comprensiva y había sido tan dulce conmigo cuando pudimos refugiarnos en mi departamento, que por un instante creí que lo superaría. Pero eso no fue así... así que se lo pedí, le pedí mantener las distancias en público para evitar estas especulaciones. Quería gritar a los cuatro vientos que ella era a quien amaba... pero tenía tanto miedo de cómo el mundo se lo tomaría que toda la valentía que tenía, se había transformado en cobardía. Pero Lisa aceptó, y como mi CEO diseñó una estrategia de publicidad que llamó la atención hacia mi carrera y no mi vida personal, aún así, procurábamos no ir a ningún evento que no fuera absolutamente necesario. Nuestras salidas trataban, en la mayoría de los casos, de ser escasas y con prudencia, para no ser reconocidas.