- Tal y como os lo cuento. Es una idiota, no la soporto. Me está amargando la semana y me amargará la existencia... Es una maleduca.. No Hyeri, no estoy exagerando por un golpe de na.. ¡No Jennie! no me lo merezco por casi haberla mata...¿Cómo que si está buena? Bueno... es atrac... ¡No me gustan las mujeres! ¿De verdad de todo lo que os he contado es lo único que os preocupa? BUFFF - rodé los ojos y colgué el teléfono. Con estas amigas para qué quería enemigas.
Otra semana que no iba bien y esperaba que hoy, el suplicio se acabara y tener algo de relax con mis amigas, pero las malditas se habían puesto en su contra. Y mierda... yo no entendía por qué. Esa tipa no sólo me había dejado coja... bueno... durante media hora, felizmente me había recuperado bien. Pero no iba a pasar por alto el hecho de que me había lanzado como costal de patatas fuera de su casa y me había cerrado la puerta en la cara. Además se había pasado los siguientes días haciendo obras en casa haciendo imposible que descansara un solo día y fastidiando toda mi rutina de yoga.
Vale... No es como si yo no estuviera haciendo obras también, pero vamos... ¡Yo soy Roseanne Park!. Y para cerrar con broche de oro toda esta mierda, ella ponía la música demasiado alta, bueno... esto había sido después de que yo decidiera que si yo no podía descansar por el día, ella tampoco lo haría de noche. No diría y nunca confesaría que la chica tenía buen gusto musical y que había shazameado algunas de las canciones. Antes muerta. Además, ella se había burlado de mi aracnofobia y me saboteaba siempre que podía y no era que yo no lo hiciera también, porque si ella quería guerra, guerra iba a tener. Pero mierda... era insoportable... y lo era aún más cuando sonreía como idiota.
- Necesito más dinero - dije cuando llegué al departamento de mi hermano.
- Pero... Rosé... tenemos un trato.
- Sé lo que dije, no me recuerdes ese maldito trato... pero la estúpida de mi vecina me ha roto una puerta, y he tenido que pagarla, y además un nuevo fregadero y una ducha y...
- Vale vale, lo entendí. Solo por esta vez daré paso a más dinero - dijo tomando su teléfono móvil. Oh sí... así es como deberían ir las cosas. Sonreí sentándome en el sillón de su salón. - ¡De ninguna manera! - gritó de repente - Llevas gastado más dinero del que una persona gasta en 4 meses. - ¿cómo? Abrí los ojos sorprendida. - No me mires así. ¿Qué demonios es todo esto Roseanne? - señaló la pantalla de su teléfono - ¿Pediste comida a domicilio a un restaurante de estrellas michelin? ¿Estás loca?
- Oh vamos... no creo que eso suba tanto el presu...
- Llevas gastado cinco mil en tres días por tus caprichos de comida. - ¿Qué? - Ese dinero te lo había ingresado para que pagaras parte de las obras. Maldita sea, ¿qué diablos hiciste? - gruñó frustrado. - ¿No sabes que existe el supermercado? - me miró fijamente - Puedes probar a comprar comida y cocinar por ti misma, no eres idiota - bufé.
- ¿Quieres que tenga que sacar todo mi dinero para comprar una nueva casa? Acabaré quemando ese cuchitril en el que tú me metiste.
Él tomó aire y suspiró fuertemente juntando sus manos como si hiciera una oración - Se llama intentarlo, Rosé. Tienes que aprender a hacer las cosas por ti misma - solté un suspiro.
- Me has quitado todo, ¿es que acaso no puedo tener ni siquiera algo que me recuerde a mi antigua vida?
- Si hubieras ahorrado un poco, quizá podrías darte un capricho. - volvió su atención al teléfono - Pero resulta que has gastado todo en ropa, muebles y artículos para decorar, y todos esos caprichos innecesarios como... - se detuvo en seco - ¿un cojín rosa con pelo vale dos mil? - gritó. Oh mierda... me encogí de hombros y me hundí en el sofá. - Esto no puede seguir así. La abuela no estaría orgullosa Rosé, ¿de qué te sirve estar en un departamento de cuarta si sigues viviendo como una maldita marquesa? No estás dando pasos en la dirección correcta, así que no daré paso a más dinero.
ESTÁS LEYENDO
If you say so
FanfictionRoseanne Park tiene al mundo en la palma de su mano pero su vida de descontrol lleva a su hermano Jimin, a tomar una decisión drástica. Lalisa Manobal lleva huyendo de su anterior vida un año y medio, pero ahora debe regresar a casa y afrontar una g...