Contrato de trabajo

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Estiré la mano, todavía somnolienta, para apagar el fuerte sonido del despertador de mi mesita de noche que marcaba las 7 de la mañana. Desde que había vuelto de ese largo y maravilloso viaje no me había dignado en poner una sola alarma y mi cuerpo me lo estaba reprochando hoy.

- ¿Sabes?, prefiero cuando tú me despiertas. Pero está claro que ya te has acostumbrado a dormir más que yo - dije acariciando a Love que dormía a mis pies. - Está bien ¡arriba! - ambos nos levantamos de la cama, estirándonos a la vez. 

Fui hasta el baño y me pegué una rápida ducha, intenté arreglar mi cabello alborotado de alguna forma, pero era imposible, no había quien lo domara. Me encogí de hombros tras mirarme al espejo, poco podía hacer con ello. Lo que sí traté de perfilar al máximo fue mi flequillo. "Perfecto" le guiñé el ojo a mi reflejo en el espejo y salí hacia el vestidor.

- Veamos... - abrí el armario en busca de algo de ropa - ¿algo formal o informal? - pregunté a Love que me miraba atentamente con la cabeza ladeada. Pasé la mano por uno de los trajes. Cuando iba a la empresa siempre vestía con alguno de estos. La abuela decía que me hacía verme como toda una ejecutiva y entonces me gustaba la idea... pero ya no me sentía así. ¿Cuál iba a ser mi cometido ahora?. Yo no quería volver a la empresa y todavía estaba cavilando cómo decirlo. Pero Jisoo había insistido tanto en que fuera hoy por allí que no pude decir que no. - Informal. 

Saqué una camiseta blanca básica, unos vaqueros claros rotos que combiné con mis martens negras y mi chaqueta de cuero, ya empezaba a refrescar. Ya en la cocina le puse la comida a Love, preparé una taza de café negro y tomé una tostada con aceite de oliva mientras observaba por el gran ventanal cómo amanecía Nueva York.

La vista de la ciudad era espectacular, así que me puse en pie tomando de mi bandolera mi sketchbook y un lápiz de carboncillo e inmediatamente empecé a trazar líneas sobre él. Vaya... era alucinante lo rápido que las luces y sombras cambiaban a medida que el sol se elevaba sobre la ciudad. Observé mi dibujo, y negué con la cabeza... era imposible capturar aquella imagen.

Aparté el cuaderno y tomé mi teléfono, deslizando la pantalla para leer las últimas noticias del New York Times mientras me lavaba los dientes. Me puse unas gotas del perfume de CELINE que llevaba usando desde que la abuela me lo regaló. Tomé las llaves de mi coche en la entrada, mi gorra e hice un gesto a mi rubio de cuatro patas para que me acompañara. Love salió corriendo antes de que yo pudiera darme cuenta, lo que me hizo reír.

- ¡Hola! - mi vecina saludaba a la enorme bola de pelos, dándole suaves caricias detrás de la oreja. Había ido a hacer deporte, eso estaba claro. Venía con unas mallas ajustadas y un sujetador deportivo que dejaba su trabajado y sudado abdomen al descubierto.

- Hola - atiné a decir.

- ¿A dónde tan temprano? 

- Oh... Love y yo hemos pensado que podríamos ir a trabajar, ¿verdad? - reí al ver al perro tumbarse en el suelo panza arriba dándole mejor acceso a la rubia para que no dejara de hacerle caricias.

-¿A trabajar? - sus ojos me recorrieron de arriba abajo con una sonrisa burlona en sus labios - ¿Es que acaso tú trabajas? ¿dónde? ¿en la cafetería? - dijo con burla. Rodé los ojos pero asentí divertida recordando cómo hacía un par de días habíamos coincidido en la cafetería de enfrente. 

Flashback

Parecía ser un día muy ajetreado en aquella cafetería, así que decidí sentarme y esperar tranquilamente. Observé a mi alrededor dándome cuenta de que sólo había dos camareros, una chica y un chico que estaban completamente desbordados. 

If you say soDonde viven las historias. Descúbrelo ahora