Sí, acepto

950 85 163
                                    


Presente

- ¿Pasaporte? 

- Listo

- ¿Maleta?

- Uh... lista.

- Bien, eso es todo - dijo Jennie chequeando la lista de cosas que tenía pendientes. - ¿Has pensado qué harás cuando la encuentres?

- No tengo ni la menor idea, pero espero que todo este viaje me ayude a encontrar las palabras adecuadas.

Ella asintió.

- ¿Estás segura de que está en Menorca? 

- Uh... a decir verdad, no. Pero sé que está en una isla de por allí.

- Eso es genial, me ayudas tanto.

- Jisoo está haciendo su mejor esfuerzo. Se ha resistido incluso al sexo... Lisa debe haberle hecho prometer con ese juramento estúpido entre hermanas.

- Voy a necesitar que sigas insistiendo, tengo que encontrarla.

- Lo prometo. - sonrió abrazándome. - ¿Estás lista? - negué con la cabeza. - Bien, pues no te queda de otra si quieres recuperarla. Y asegúrate de volver para mi boda.

Me empujó levemente hacia el interior del aeropuerto. Me acompañó hasta mostrador donde hice el check-in después de camuflarme de mil maneras y después de un largo abrazo, me perdí por la puerta de embarque.

Llegar a Menorca no fue tan malo como esperaba... pero realmente recorrí todos los hoteles, todas las pensiones, todos los alojamientos de cualquier tipo, cabañas, campings, barcos... sin ningún rastro de ella. Llevaba su fotografía en la mano y preguntaba a todas las personas que había por allí, pero nadie nunca había oído hablar de ella, ni la había visto.

Así que decidí tomar otro vuelo después de una semana intensa hacia otra de las islas. Palma de Mallorca fue totalmente complicada. Era una isla muchísimo más grande y recorrerla estaba siendo complicado. No había forma humana en que encontrase a Lisa allí. Fui tachando de mi lista todo los tipos de alojamientos que fui recorriendo, incluso aquellos que eran casas en alquiler. Podía jurar que tardaría un año en recorrer esta isla. Sin embargo cuando estaba a punto de rendirme un hombre de un barco de vela me detuvo.

- Señorita - dijo llamando mi atención. - ¿Ha dicho Manobal?

Asentí efusivamente - ¿La conoce? - dije sacando la fotografía de mi bolsillo.

- Sí, la crucé hace unos días desde Ibiza. Pasó el día aquí y volví a llevarla de vuelta a la isla.

- ¿Ibiza? - el hombre asintió. No pude contener mi alegría y lo abracé con fuerza. - Muchísimas gracias - no pude evitar que mis lágrimas se escaparan.

- Tranquila, ¿Se encuentra bien?

- Sí, es solo que... - sacudí la cabeza - tengo que encontrarla. 

- Puedo cruzarla si quiere. 

Asentí feliz. Aquella misma tarde, aquel hombre me llevó hasta Ibiza, donde me hospedé en un pequeño hotel para no llamar mucho la atención.

Una vez instalada fui a buscar a Lisa, recorriendo los hoteles de la zona sin ningún éxito. Y así los días pasaron y empecé a preguntarme si aquel tipo decía la verdad porque no había rastro de Lisa por ninguna parte. Nadie recordaba haber hospedado a una chica con ese nombre ni tampoco nadie la había visto.

- ¿Y dice que la está buscando? - dijo una mujer.

- Alguien me dijo que la recogió de aquí hacia Palma y la trajo de vuelta aquí.

If you say soDonde viven las historias. Descúbrelo ahora