Viva la vida es su favorita

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- ¡Hola chicas! - Hyeri batió su mano tomando asiento a mi lado en la mesa para tres del restaurante italiano que había reservado Jennie.

- ¿Qué tal el viaje?

- Bueno... me la he pasado durmiendo todo el vuelo. Ha sido agotador preparar la fashion week. Siento que todavía le falta algo a ese espectáculo y quiero que sea perfecto. Así que tendré que darle más vueltas...

- Deberías llevar a Rosie al desfile.

- Tengo un contrato con YSL, ¿se os olvida? De hecho... es lo único que no me ha despedido - dije dando un sorbo a mi copa de vino.

- Deberías hablar seriamente con ellos Rosie. Ganarías mucho más si tu imagen no fuese exclusiva.

- Estoy en ello, pero no he tenido tiempo de revisar ningún contrato con Jimin. Sigue sin querer hablar de eso... - bufé - he tenido que conseguir un trabajo

- ¿Un trabajo? - Hyeri abrió los ojos como platos mientras Jennie asentía orgullosa por haber sido la primera en enterarse cuando me llamó para invitarme a cenar hoy.

- Uh... sí - dije. Aunque en realidad yo no había conseguido el trabajo, había sido mi vecina quien me había llevado allí como costal de patatas, una vez más.

- Oh wow... - dijo Hyeri - Y dime, ¿a quién le has vendido tu carita de porcelana?

- A la cafetería frente a mi casa.

Hyeri escupió su bebida tosiendo sin parar.

- ¿Una cafetería? - preguntó boquiabierta.

Asentí bebiendo un trago más largo - Pero... pero... ¿Tú?.

- Yo misma... - sacudí la cabeza.

- ¿Y... cómo... cómo...?

Solté una risita - Fue vergonzoso... - apoyé mi mentón sobre una de mis manos - No tenía para pagar las malditas obras y mi vecina se ofreció a pagarlas, así que le debo tres mil dólares.

- ¿A tu vecina la idiota? ¿Por qué te dejó dinero? - preguntó.

- Eso mismo pregunté yo. - dijo Jennie divertida.

- No lo sé - me encogí de hombros - Ella solo dijo que lo pagaría y luego... no lo sé... por supuesto, debo devolverlo así que me consiguió este trabajo. 

- Oh... vaya... suena como una perfecta idea para un libro - rio Hyeri.

- Pienso renunciar el lunes. - dije tomando otro trago de mi copa.

- ¿Qué? ¿Por qué? - preguntaron mis amigas.

- Le pediré a Jimin más dinero.

- Oh cariño, eso no sucederá - mi hermano se sentó justo frente a mí - Siento el retraso chicas.

- ¿Tú qué haces aquí?

- Bueno... soy parte del grupo.

- Yo le avisé - levantó la mano Jennie.

- Jimin, tienes que darme dinero. Le debo tres mil dólares a una maldita desconocida.

- He oído que tienes un trabajo. 

- ¡JENNIE! - gruñí haciendo que ella se encogiera sobre su asiento.

- Perdón - murmuró.

- De eso nada. Es mi dinero, lo gané yo. No puedes simplemente...

- Hicimos un trato, firmaste un contrato. No quiero oír tus quejas. - aceptó la copa que el camarero le entregaba - Déjame decirte que me sorprendió, pero estoy orgulloso de ti. Así que bajo ningún concepto permitiré que dejes ese trabajo, ¿entendiste?.

If you say soDonde viven las historias. Descúbrelo ahora