Chapter 5

227 29 26
                                    

──────༺♡༻──────╮

5. Dos corazones cautivados

╰──────༺♡༻──────╯

[ Pov: Eugeo ]


Tieze y Ronye llegaron a informar que nuestras habitaciones estaban limpias. Ellas eran nuestras valets

—Se los agradezco.

—No tiene que hacerlo —habló Tieze, con las mejillas levemente coloradas mientras meneaba las manos.

Mientras Ronye tenía que esperar a Kirito para irse. Pero en dado momento llega por la ventana y les ofrece pan de miel y ellas se retiran.

—Oye, ¿has visto a T/N?

—Sí. Estaba tomada de la mano con su valet.

—¡¿Qué dices?!

Había abierto a la par mis ojos; sabía que su aprendiz era hermano de uno de los dos mejores espadachines de la Academia, pero... Sentía enseguida un sabor lleno de amargura en mi boca y una fuerte opresión en mi pecho.

—Calma, calma, fue una broma.

Yo suspiro de alivio.

Menos mal.

—¿Te gusta T/N? —me preguntaba con una mirada pícara.

Mis mejillas empezaban a arder por su pregunta. Mi corazón se me aceleraba demaciado que no podía controlarlo.

—B-bueno, ¿por qué lo preguntas?


—Porque te asustaste cuando dije que estaba tomada de la mano con su valet.

—Bueno... —suspiro y me trato de tranquilizar—no sirve de nada negarlo, cuando es cierto. Al principio estaba confundido, y me tarde mucho tiempo en entender que era lo que sentía por ella-sentía el rubor en mis mejillas.

Era cierto... No servía de nada, además de que Kirito es mi mejor amigo. Tardé dos años para comprender ese sentimiento que me invadía en tan sólo verla, el recordar como sus labios provocaban una melodía hermosa al moverlos, al igual que sus ojos miel y su cabello castaño... Lo que más hacia acelerar mi corazón es el recordar esa sonrisa tan contagiosa que tiene y me hace sentir bien...

—¿Y por qué no la invitas a salir?

—Kirito, no sé si ella siente lo mismo y lo menos que quiero es hacerla sentir incómoda.

—Yo digo que sí. Contigo se porta como un Ángel que parece que no mata a ni una mosca y conmigo parece el mismo demonio.

—Tampoco exageres. Además tú también no eres una santa paloma y la andas molestando.

—Bueno, bueno. Regresando al tema sería buena idea que la invitaras a salir.

—Es más fácil decirlo que hacerlo-me pongo de pie.

Tu melodía en mi corazón ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora