Tu melodía en mi corazón ✔

Chapter 11

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11. Malvada magia
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Pov: Omnisciente

T/N quedó colgada con su espada, la cual estaba clavada en la pared, mientras ella sostenía a Kirito y él a Alice. La caballero alzó su mirada y miró con confusión el acto del “criminal”.

—Déjame caer. Prefiero morir a ser salvada por unos criminales —confesó con intenciones de soltarse del agarre de Kirito.

—¡No, basta! ¿Qué haces idiota? ¿Cómo puedes ser tan inconciente.

—¡Como te atreves a insultarme, te ordeno que te disculpas!

—¡Ya cállate, si te digo idiota es porque te comportas como una idiota, idiota! Escucha Eugeo tiene el camino libre.

Kirito colmó su paciencia para gritarle a Alice y ella de igual forma, de ninguna manera ella iba a permitir que la esté insultando o reclamando. Por otro lado T/N sentía como su mano se iba resbalando; era cuestión de tiempo para que los tres comiencen a caer al aire libre.

—¡Los dos callense! —gritó, logrando obtener la atención de ambos —. Alice, has a un lado ese orgullo. Eugeo tiene el camino libre, si se supone que tu deber es proteger a la clérigo mayor, demuestralo derrotando a estos criminales, pero primero busquemos como salir de esta situación.

Alice endurece su mirada y luego suspira.

—Muy bien... tus palabras tienen algo de lógica —admitió en un pequeño murmullo.

Kirito por su parte miró a la castaña con atención, la cual mantuvo una mirada firme y recordar a Asuna. ¿Por qué ha estado haciendo eso últimamente? ¿Era por el hecho de que ambas eran hermanas? ¿O porque la extraña? Él esfuma esas ideas de sus pensamientos.

—Oigan, no quiero sonar pesada, pero serían tan amables de clavar su espada para sujetarse, porque ya no puedo más.

—Para eso, Alice tiene que clavar su espada primero.

Ambos miran a Alice, quien duda un poco, y Kirito la ayuda y ella la clava, posteriormente, Kirito se suelta y casi cae al aire libre, de no ser por la caballero, la cual logró sostenerlo y él clavó su espada.

—No creas que te salvé pecador, solo ajusto mi deuda contigo.

—Entiendo...

—No podemos resistir por mucho. Así que podemos hacer una tregua hasta que se acabe todo.

—¿Tregua?

— T/N tiene razón, acéptalo Alice. Solo así podemos estar a salvo con la cooperación de nosotros tres.

—De acuerdo... Pero que les quede claro, que cuando entremos acabaré con ustedes.

—

Sí, sí, lo que digas ¿Puedes llamar a tu dragón?

—Los dragones tienen un límite el volar.

—Ya veo.

Kirito pensó en una idea e intentó mirar a ambas chicas al mismo tiempo.

—Solo nos queda bajar o destruir este muro.