Capitulo 21

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Conduciendo como podía debido al insistente golpeteo que su casi amordazada hermana daba a su lado, Lincoln intentaba no pensar en lo que acababa de pensar, los insultos de Luan por "defender" a Luna le dolían, pero su profundo odio ante aquella situación le ayudaba a mantenerse pleno mientras conducía.

- (Furiosa) ¡Respóndeme maldita sea! ¡¿Por qué no me dejaste darle su merecido a esa zorra?!

Lincoln no hallaba las palabras.

¿Decirle sus pensamientos sobre que no vale la pena considerando la innecesaria atención que hubieran recibido? ¿Qué los guardias a su lado les hubieran dado una paliza a ambos? ¿Qué podría arriesgar su trabajo si tenía la mala suerte que él sabe posee?

Luan no parecía querer comprender por qué actuó con lógica por sobre los deseos de su corazón de romperle el cuello por las acciones que hizo, el como ver aquella sonrisa altanera en la expresión de la castaña no hacía más que provocarle deseos golpearla hasta borrarla de ese rostro, pero tal como se había prometido hace tanto, sus propios sentimientos no eran lo importante, que sus hijos estuvieran bien si lo era.

- (Furiosa) ¡Habla maldito albino! ¡No te quedes callado como si te importara una mierda!

Una vez detuvo su coche frente a la vivienda de Luan, este con calma se dirigió hasta el asiento del copiloto, liberando del improvisado amordazamiento al que sometió a su desenfrenada hermana quien no tardo en saltar en su dirección, sosteniendo con violencia desde su camisa al peliblanco de expresión pétrea.

- ¡¿Qué acaso no importa lo que yo pueda pensar o desear de esa puta?! ¡Sabes perfectamente lo que me hizo hace tanto y ahora que tengo la oportunidad de hacerla pagar vas y la defiendes! ¡¿Qué carajos pasa contigo Lincoln?!

- Ella es un problema que no vale la pena ni el riesgo.

- ¡Ella intento destruir a mi familia! ¡No puedo perdonar eso! ¡Creía que de todos tú me entenderías mejor, tú también sufriste por lo quienes se hacían llamar tu familia y lo respete, dios sabe que te he defendido todo este tiempo de las quejas y suplicas de nuestras hermanas por respeto a tu pensamiento y decisiones! ¡¿Por qué tu no me dejas hacer lo mismo a mí?!

Lincoln inhalo aire para responder, pero se detuvo un momento, pensante, con un profundo dolor de cabeza y una sensación de asco en su boca, queriendo olvidarse de una vez de todos esos pensamientos, aunque en ese momento, por alguna razón, sintió que todo era más simple, por lo que dijo lo que paso por su cabeza sin hacerse demasiado problema.

- Nunca te pedí que lo hicieras.

La furia de Luan se corto en seco en ese momento, incapaz de analizar las palabras de su hermano.

¿Acaso todo lo que había hecho y por lo que se había esforzado tantos años era una relación unilateral de ella hacía él? ¿Podía haber estado viviendo una farsa endulzada todo este tiempo?

Tal como si el encuentro con Luna no hubiese ocurrido su expresión se deformo en una mueca de sorpresa, aturdida por tan pocas palabras dichas con aquella voz carente de la más mínima muestra de afecto.

- ¿D..De que hablas L..Lincoln?

- Mi familia son mis hijos.

Dicho eso el hombre se subió a su vehículo, partiendo sin darle una segunda respuesta o miramiento a Luan, la cual solo podía ver sin ser capaz de procesar aquello como el vehículo se alejaba de donde estaba.

El peliblanco no pensó mientras viajaba, no quería hacerlo, actuando por inercia para hacer funcionar el vehículo hasta que llego a su hogar, el único lugar que le importaba en ese momento.

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