Capitulo 25

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A duras penas el golpe directo hacía el rostro de Lisa pudo ser detenido por el agente de seguridad que se había predispuesto en la entrada, algo que había sido programado de antemano por una Lisa cuya mirada no parecía observar nada, tan vacía como su expresión o sus palabras, no oponiendo la menor resistencia ante la inminente paliza que su hermana parecía estar dispuesta a darle por lo que acababa de hacer, algo que en el fondo de su corazón sabía que debió haber hecho hace tiempo, por más que supiese las consecuencias que revelarlo implicaría.

- (Pensando) Se acabo.

De su bata saco una pequeña memoria y la entrego a la persona a cargo del que sería el peritaje de todo, en esa pequeña memoria habían más de 10 años de investigación, desarrollo y análisis, si presentase esa misma memoria a alguna agencia de investigación celular posiblemente hubiese sido contratada de por vida, si la hubiese presentado en algún congreso recibiría algún premio nobel, pero nada de eso le hacía sentido, todo había sido en post del sacrificio de la salud de Lynn, cada paso hacía adelante conllevaba dos hacía atrás, la salud de su hermana se deterioraba más de lo que cualquiera de sus esquemas era capaz de predecir y si ella podía seguir con su vida era porque la fuerza de voluntad de ella era asombrosa, quizás era un intento inútil de expiación o alguna bizarra disculpa hacía su familia, pero prologar, aun en contra de su voluntad, la existencia de Lynn era lo único que su agotada mente podía pensar, ignorante de los escupitajos que recibía por parte de aquella iracunda castaña que solo intentaba acercarse lo suficiente para romperle la cara, algo que no le importaría, se lo merecía, tanto como aquel odio que recibía, toda aquella desgracia hacía su persona era algo que se había buscado sola y era hora de asumir las consecuencias de sus actos.

Mientras los guardias lograban sacar a Lynn de la habitación otro ingresaba en silencio, observándola fijamente, Lisa sabía perfectamente lo que aquello significaba por lo que bajo su mirada y comenzó a seguirle.

- ¡¿Y solo te vas así?! ¡¿Destruyes mi vida y luego ni siquiera me diriges la palabra?! ¡¿Solo fui un experimento más para ti y ahora que no te sirvo solo buscas tirarme a la basura?! ¡¿Qué tan desgraciada puedes ser?!

Lisa no se detuvo, no titubeo y continuo su rumbo junto al hombre de negro, negándose a expresar algo en su rostro o que Lynn pudiese notarlo, siendo el silencio el último regalo que pudo darle a su hermana en aquel momento.

- ¡¡¡Te odio!!! ¡¡¡Ojalá te pudras donde quiera que vayas!!!

Luego de eso Lisa finalmente se perdió de la vista de Lynn, deteniéndose en el acto, a vista de aquel que le escoltaba quien solo espero unos pocos segundos antes de hablar.

- ¿Debo tomar esto como resistencia al arresto y llevarla por la fuerza?

La castaña solo limpio sus ojos, no hubo sollozos ni mayor muestra de humanidad que limpiar unas traicioneras lagrimas que escaparon por sus ojos y se negó a que cayesen, volviendo a su rostro frío e inexpresivo antes de comenzar a caminar una vez más, algo que aquel hombre de traje hizo detrás de ella.

- ¿Usted es consciente que la experimentación humana es un delito grave verdad?

Lisa no dejo de caminar, tampoco tuvo reacción alguna.

- Entiendo.

Ambos siguieron caminando hasta que llegaron al vehículo del sujeto, donde Lisa se sentó tranquilamente en el asiento copiloto, dejándose esposar sin ofrecer resistencia alguna, acompañando al sujeto a lo que sabía, era lo que ella se merecía.

En el interior del lugar, los guardias aun luchaban por impedir que Lynn se soltase, una lucha que ambos sujetos estaban perdiendo ya que sus brazos inclusive se encontraban acalambrados de soportar los intentos de la deportista por soltarse, no por nada la muchacha era una eminencia en lo que hacía, una de las mejores deportistas de la última década, controlar aquella furia estaba requiriendo de 3 personas que agradecían solo quería soltarse, pues estaban seguras que si se le llegaba a pasar por la cabeza el golpearlos, mucho no podrían hacer contra semejante monstruo, uno que apenas y comenzó a bajar su intensidad cuando vio a acercarse a alguien que conocía bien, el dueño del equipo el cual le había llevado al estrellato.

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