Capítulo XX "La fiesta"

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La mañana del sábado la pasaron en Hogsmeade, comprando cosas para la fiesta, ya que todo el mundo debía ayudar con ella, ya fuera con la comida o la bebida, la música, la deccoración etc.

Estaban charlando en los jardines después de comer, cuando Lysander y James se acercaron.

-¿Como estais, señoritas, preparadas para la mejor noche de vuestras vidas? -preguntó Lysander.

-Estariamos mucho más preparadas si supieramos donde es... -respondió Natalie.

-A media noche en las mazmorras. Nos os preocupeis -añadió al ver nuestra cara de preocupación-, estarán insonorizadas, en la otra punta del castillo, no nos encontraremos con ningún Hufflepuff o Slytherin desvelado.

-Me duele que dudeis así de nosotros. -se quejó James, melodramático.

-Anda, James, deja de hacerte la víctima -le reprendió Lily.

-Vale, pero solo porque me lo pides tú.

* * * * *

Cenamos y subimos a nuestra habitación a prepararnos. Sophie y yo insistimos en que no necesitaríamos tanto tiempo, pero Natalie alegó que quería estar guapa para Alec.

-Esta noche es la definitiva. Ya no me mira como si fuera estúpida, estoy segura de que hoy será cuando caiga a mis pies.

-Estás como una cabra -rió Lily.

Cogí de mi baul unos vaqueros y una camisa blanca. Me disponía a ponermelos cuando Natalie me los quitó de las manos.

-Ah, ah, ni de coña te vas a poner eso.

-¿Por qué? -me quejé.

Por toda respuesta Natalie alzó las cejas. Rebuscó en su baul y sacó una falda corta negra y una camiseta ajustada color celeste.

-Tendré frío...

-Ahí abajo hará más calor que frío creéme.

-¿Tú crees? -Natalie me lanzó una mirada asesina-. Bueno, vale, me lo pondré.

Ella había escogido unos vaqueros de pitillo negros y una camiseta de tirantes. Sophie llevaba un vestido color turquesa y Alice uno color hueso. Lily, en cambio, prefirió una camiseta de manga larga a rayas marineras y unos vaqueros. Me di un poco de colorete y me pinté mínimamente la raya, para resaltar mis ojos azules. Para mis pies, escogí unos botines sin apenas tacón.

A las doce menos cinco bajamos a la entrada a las mazmorras donde nos encontramos a Nina, que llevaba un vestido azul marino.

-¿Qué habeis traído?

Lily le mostró la bolsa.

-Licor de menta, whisky de fuego y cerveza muggle. Es todo lo que hemos podido conseguir.

-Yo... ¡buñuelos!

-¿¡Qué!?

Nos echamos a reir.

-Tranquilas, también he traido el último disco del Grito de la Banshee. Venga entremos, yo os llevo.

La seguimos por un laberinto de pasillos hasta una pequeña puesta de madera. Hizo una serie de golpes en la puerta y esta se abrió. Entramos en una sala enorme (seguramente aumentada mágicamente). Habían mantenido las paredes y el suelo de piedra, pero habían colgado posters y carteles. En el aire había velas, como las del Gran Comedor, aunque en algunas zonas estaban cubiertas por farolillos, dando al área una iluminación de un color ccaracterístico. En el fondo había un gramófono mágico, que creaba un sonido ambiente, como si la música saliera de las paredes. En ese momento sonaba un disco muggle llamado Rocket to Russia, de los Ramones. A los lados unas mesas con botellas y fuentes, llenas de comida.

Los merodeadores se acercaron a nosotras con una mirada orgullosa.

-¿Qué os parece esto? No lo hicimos mal, ¿eh? -se fanfarroneó James.

-Mmm, bueno, he visto fiestas mejores -repliqué medio en broma.

-¿Ah, sí? -Sirius levantó una ceja-. ¿Y tenían esto esas fiestas?

Me besó y reí. Dejamos las botellas en una mesa, cerca del tocadiscos y volvimos con ellos. Sirius me ofreció un vaso con un líquido color azul y fuerte olor.

-¿Qué es esto?

-Yo lo llamo licor de medianoche, es una receta familiar.

Probé un sorbo. Sabía amargo al principio pero tenía un regusto dulce. Noté un ligero calorcillo recorrerme el pecho.

-No me gusta el alcohol.

-¿¡Qué?! ¿Estás de broma? ¿Nunca has bebido alcohol en una fiesta?

Negué.

-Nunca. Recuerda que soy una niña buena e inocente.

-Sí, claro, tú de inocente tienes lo que yo te digo.

Reí y le di un beso en la mejilla, pero en cuanto me separé besó breve pero fogosamente mis labios, por lo que pude reconocer que ese vaso de cerbeza medio vacio que llevaba había estado lleno hacía poco tiempo. Reí y me fuí con las chicas, que trasteaban con la música.

Poco a poco la estancia se fue llenando. Pasé el rato conversando un poco con todo el mundo, y un par de horas después paseé la vista por la sala. En una esquina, Sirius charlaba con una chica de sexto, aunque más bien él hablaba y ella se le insinuaba escandalosamente. En el sofá, Robert y Silena se besaban apasionadamente, y junto a ellos Remus bebía tímidamente de un vaso, con cara de incómodo. Aproveché que la pareja se levantaba sin separar sus labios para ocupar su lugar.

-¿Disfrutando la fiesta? -pregunté.

Él se limitó a resoplar. Busqué con la mirada al resto de mis amigos. Lily y James habían desaparecido y Alice y Frank bailaban en la pista. Nina, con un vaso en la mano, reía ante algo que le estaba contando Lysander. Los señalé con la barbilla.

-¿Qué piensas de esos dos?

-¿Acaso importa lo que yo piense?

-No lo sé...

Permanecimos un rato callados.

-¿Por qué Sirius?

-No sé, supongo que simplemente porque sí, ¿por?

Se encogió de hombros.

-Sois mis amigos.

Volvimos a quedarnos en silencio. Fue entonces cuando Sophie se me acercó.

-Oye Charlie, aquí todos están bebiendo menos nosotras dos, ¿eh?

-Sí, la verdad es que estaba pensando en irme ya.

-¡Menos mal! No quería irme sola.

Sonreí. Subimos charlando hasta el dormitorio y allí leímos un rato. Cuando apagué la luz seguíamos siendo las únicas en el cuarto.

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Siento no haber actualizado antes, no sé que me pasa que no tengo nada de inspiración últimamente. Espero poder volver a colgar con más fluidez, no tanta como antes, pero más que ahora. Perdonad también que el capítulo no sea muy entretenido, pero insisto que estoy muy ocupada con el instituto, examenes, trabajos etc. y no tengo mucho tiempo para escribir. Gracias por dejarme ser tan pesada y por darle a me gusta, siempre me hace muchísima ilusión.

Until the very endDonde viven las historias. Descúbrelo ahora