Capítulo XIV "Cruciatus"

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Me levanté de la mesa, preparada ya para irme a la Biblioteca, cuando una mano me agarró de la muñeca.

-¿Por qué tienes que pasarte todos los días a la Biblioteca? -se quejó Alice, sin soltarme- ¡Vente un rato a divertirte con nosotros!

-Lo siento, pero no puedo -me solté de su agarre-, tengo que estudiar...

-Siempre estás estudiando...

-Bueno, hay que aprobar, ¿no? Además, ayer no tuve tiempo de hacer los deberes, y tengo que ordenar mi baul, y hacer un esquema para Runas Antiguas, y mandar una carta a mi madre, y...

-Vale, vale, lo pillamos -me cortó Natalie-. Pero, ¿no podrías venir hoy a la explanada al lado del Lago? Hace mucho que no hablamos de cosas de chicas...

-Hace mucho frío fuera... -empezaba a impacientarme, tenía que reunirme con Remus y los demás en la biblioteca, ayer me habían dicho que habían descubierto algo.

-Pues vente a jugar a quidditch con Nina y con nosotros -añadió Sophie.

-Tengo pánico a las alturas...

-Dejadla, ¿no veis que ella solo quiere estudiar? No vais a conseguir nada.

-Gracias Lily, por fin alguien que me comprende. Y ahora, ¡adiós! -Y eché a correr hacia la biblioteca.

Una vez allí, saludé a Remus, Xeno, Pandora y Lena, y me senté junto a ellos.

-¿Y bien? -inquirí-, ¿qué era eso tan importante?

-Bueno -comenzó Pandora-, supongo que todos conoceis a Molly Prewett, ¿no?

Asentimos, era una Gryffindor, pelirroja y salía con un compañero mío de Estudios Muggles, Arthur.

-Pues el caso es que estabamos hablando sobre la utilización de la maldición cruciatus y demás castigos físicos, y me contó que Crouch tiene cicatrices en las manos.

-¡No puede ser! -salté- Su padre es Bartemius Crouch, él habría denunciado a sus agresores...

-¿Y si fue su padre? -susurró Lena, tanteando.

-Puede... -reconoció Remus-. Recordad que era un gran defensor de la utilización del cruciatus en Azkaban.

-¡Pero hay una diferencia entre Azkaban y tu propio hijo! -saltó Xeno.

-La verdad es que no es una idea tan descabellada... -admití.

-¿Como puedes pensar eso, Charlie? -preguntó alarmada Pandora-. Yo jamás sería capaz de hacer eso a mi hijo.

-Ni yo, pero ninguno de nosotros somos Crouc Sr., no sabesmos si él es capaz -repuse.

-¿De verdad creeis que las cicatrices de Barty se las ha hecho su padre? -preguntó con desdén una voz-. Que estúpidos sois, teneis la capacidad deductiva de un zapato.

-Cállate, Black, nadie a pedido tu opinión -respondí con odio.

-Reconoce que te he hecho un favor, Rivers -Bellatrix esbozó una sonrisa de tiburón-, no hacíais más que dar palos en ciego, al fin y al cabo no sois más que una panda de empollones y raritos escondidos en una biblioteca.

-Cierra la boca y métete en tus asuntos, arpía -Pandora alzó la barbilla, imponente.

-Mira, mira, si es la enana de Waterloo, y ese es... Lovegood, ¿no? Es difícil distinguirle entre tanto cachibache, ups, perdón "amuleto".

-Black, he dicho que te calles...

-¿Y que me vas a hacer si no, mico? -burló.

-1...

Until the very endDonde viven las historias. Descúbrelo ahora