Capítulo XXV "Regulus Arturus Black"

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Como era martes, después de Estudios Muggles y Encantamientos tenía clase de Pociones. Recogí mis cosas a toda velocidad y salí hacia las mazmorras. Llegué tan pronto que los de Pociones Avanzadas de sexto año aun no habían salido. Dejé mi cartera y mis libros sobre mi sitio usual (tercera fila empezando por atrás, junto a la pared derecha) y me dediqué a esperar a Sirius. Vi entrar a James y Peter pero mi novio no iba con ellos.

-¿Sabeis donde está Sirius? -les pregunté.

Negaron con la cabeza.

-Salió pitando de Encantamientos -me respondió James.

Consulté el reloj del aula y estimé que aun quedaba un rato hasta que empezara la clase, de manera que salí al pasillo, dispuesta a buscar a Sirius.
No tuve que buscar durante mucho tiempo, al poco rato oí unas voces. Seguí el sonido y me encontré con Sirius y un chico muy similiar a él. Tenía sus mismos ojos color tormenta y el pelo negro corto y peinado hacia un lado. Era tan alto como Sirius y tenía un porte reguo y orgulloso. Lo reconocí de los partidos de quidditch, era el buscador de Slytherin. Sirius parecía muy enfadado con él.

-¿Cómo pudiste? -le gritaba-. ¡Eres la mayor escoria que he conocido!

-Por favor -el chico parecía indiferente-. Al menos yo no huí de casa. No me extraña que madre te odie, eres tan asqueroso como esos sangre sucias con los que te juntas.

-¡No te atrevas a llamarlos así, maldito traidor repugnante!

Sirius avanzó hacia el chico, amenazante. Decidí que era el momento de interactuar. Me acerqué hacia ellos, procurando pisar con fuerza. Ambos se giraron hacia mí.

-Adiós, enano -le dijo Sirius a su compañero.

-Púdrete, Sirius.

Sirius le mostró su dedo corazón y se acercó a mí. Nos encaminamos al aula sin dirijirnos la palabra, es más no hablamos hasta bien avanzada la clase de Pociones. Yo trituraba un bezoar mientras Sirius remobía sin ganas el caldero.

-Oye, perdona por lo de antes -me dijo.

-¿Por lo de antes? -ni siquiera separé mi mirada del mortero.

-Sí, ya sabes la discusión.

-Ah, eso. No tienes que disculparte.

-Era mi hermano.

Me giré hacia él. Debido al parecido había supuesto que eran familia, tal vez primos, pero ¿hermanos? Claro que sabía que tenía un hermano, pero Sirius nunca hablaba de su familia, de manera que nunca llegué a saber quién era, que edad tenía o si asistía a Hogwarts. Simpre supuse que estudiaba en Durmstrang o incluso en casa, pero jamás pensé que su hermano fuera el buscador de Slytherin.

-Es un año menor que yo -continuó, al ver que yo no decía nada-. Es el hijo perfecto, o eso decía mi madre. Deje de dirijirle la palabra el día que me fuí con los Potter.

-¿Hasta hoy?

-Hasta hoy.

No le pregunté nada más. Sabía que él me contaría solo lo que quería contar, nada más, y no quería discusiones ahora que íbamos tan bien. De manera que me limité a darle un suave beso en la mejilla cuando Slughorn no miraba. Sirius sonrió y contraatacó con otro en mis labios, también aprovechando el despiste del profesor.

* * * * *

En cuanto terminó la clase dejé a Sirius hablando con James y Peter y me escabullí fuera del aula. En vez de subir a dejar el material me quedé por las mazmorras hasta que encontré mi objetivo, el hermano de Sirius. Me acerqué a él.

Until the very endDonde viven las historias. Descúbrelo ahora