Elena y Lizbeth corrieron lo más rápido que pudieron de ese hombre que miraba confundido mientras ellas corrían al muelle.
Cuando las dos amigas subieron al barco fijaron su vista en el hombre que nunca las siguió.
-no era del gobierno- reconoció Elena.
-era el novio del casamiento que está en la playa.
Las dos miraron con mucha vergüenza todas las sillas de madera blanca con varias personas sentadas sobre ellas, una alfombra de pétalos rosados que llega hasta un enorme arco se rosas con la feliz pareja abajo de el y el cura que los casaba.
- corrimos por nada- dijo Liz con enojo.
-vamos a ver a los demás, quiero ver como están mis hermanos.
Juntas salieron del barco y fueron a un almacén donde estaban tratando de comprar un poco de pan para comer. Teo vio a Elena y salió del lugar para pedirle ayuda
-¿que onda , Teo?
-necesitamos tu ayuda, Cris quiere comprar un pan para cada uno pero la señora no nos entiende.
- obvio que no entiende, Cris habla francés .
-¿Como le decimos que queremos comprar 7 panes ?
-vamos adentro que te digo.
Los hermanos entraron y la señora del local miró a Teo de forma rara.
- decile "queremos sete pães" .
- queremos sete pães -repitió Teo.
-muito bem -respondió la señora.
Cris pagó y todos salieron del local riendo de la situación.
- yo le hablaba en francés y la señora no entendía nada - reía Cris.
- yo trate de decirle en español que se parece más al portugués pero tampoco entendió - dijo Teo sonriendo.
Las cuatro familias se sentaron en la playa para comer el pan recién hecho de la panadería, contaron chistes, anécdotas, cantaron, jugaron a diferentes juegos y en lugar de cuatro familias parecían una sola.
-ya pasaron más de dos horas, tenemos que seguir nuestro viaje - dijo La Chona levantándose de la arena, seguida por Cris, Meligros, Lizbeth, Teo, Dante, Agúsdia ,Crivan, Adriela (mamá de Meligros) y Elena . Todos caminaron por 10 minutos por la arena descalzos, algunos sintiendo lo caliente de la arena, lo frío del mar y lo fresco del viento. Y los fantasmas solo sentían hambre, sed, cansancio, pero esa tarde fue de las mejores que tuvieron en los ultimos días .
Antes de ir al barco decidieron dar una última vuelta por Portugal antes de abandonarlo para no volver en mucho tiempo.
Las calles eran muy limpias e iluminadas, la gente muy buena y muy amable, la música era muy alegre y la comida desprendía un olor bastante tentador.
Cuando finalmente terminaron su último paseo por Portugal y fueron al muelle para abordar el barco se encontraron con una sorpresa que definitivamente no esperaban ni se imaginaban. Fue algo que los dejó con la boca abierta y con un revoltijo de sentimientos que los llenaba de adrenalina.
ESTÁS LEYENDO
El Barrio
Adventureuna adolescente de 15 años se muda a Noruega a la vieja casa de sus abuelos donde ella y sus hermanos descubrirán secretos sobre su familia, se reencontrarán con seres amados que se fueron hace un tiempo, escaparan del Gobierno y llevarán a cabo un...