capítulo 59- Sáhara

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Dos horas pasaron y Doriosa no estaba mejorando. Su pierna parecía una pelota de tenis de lo hinchada que estaba , la picadura enrojeció y dentro de ella parecía que se había infectado, posiblemente por la arena y por no poder limpiar la herida. 

- Es nuestro turno, por favor , aguanta. 

- hace el ritual, Giula, hace el ritual. 

Giula sacó todo de su mochila con lágrimas en los ojos, porque tiene que hacer el ritual pero no quiere descuidar más a su abuela que estaba sufriendo de mucho dolor.
Hace mucho frío en el desierto. Doriosa y Eliana estaban muy mal y no podía hacer nada para ayudarlas. 

Después de acomodar todo para el ritual y de echar las cenizas de su bisabuelo Sisto en la taza ,Giula se arrodilló en la arena con Eliana en brazos y le dio a los demás la señal. 

- Ya está todo listo, hagámoslo.

Giula sostuvo su collar amarillo sobre las cenizas encendidas y dijo la frase. 

- Pamene moyo umatha ndipo watsopano akuyamba, chaka chatsopano moyo watsopano. 

- Giula ¿como está Eliana? - preguntó Solanna. 

- Es... Está...- Giula , entre lágrimas, tenía a su hija en brazos completamente desmayada y fría -Eliana, desperta.

- necesita agua - dijo Doriosa con voz débil. 

- si pero no tenemos. 

Doriosa acercó su mochila hacia ella y de ahí sacó una botella llena de agua. 

-¿tenías agua? Pudimos limpiarte la herida ¿ por qué no me dijiste? 

- la estaba guardando para Eliana, ella no toma nada desde hace mucho. Abrile un poco la boca que le voy a dar un poco. 

Giula abrió un poco la boca de su hija y Doriosa dejó caer un chorrito de agua en su lengua. Inesperadamente , Eliana la tomó y abrió los ojos. 

-hija ¿ cómo estas ? 

Eliana no respondió agarró la botella de agua que su abuela tenía en la mano y la tomó hasta no dejar ni las gotas.
Giula y Doriosa se miraron con una sonrisa al ver que Eliana estaba mejor.
Doriosa buscó en su mochila de donde sacó unos caramelos. 

- es lo único que tengo- dijo dándole los caramelos a su bisnieta ,quien sin dudarlo, los agarró y los comió. 

-Feliz año nuevo, ustedes duerman yo todavía tengo que hacer dos rituales más - dijo Giula con una sonrisa. 

Unos kilómetros más lejos, en el continente oceánico, se encontraba Solanna con su hermano Liam. Los dos estaban arrodillados en la mitad de la calle , en el centro de Dandenong. 

- ¿no queres que nos vallamos y después volvemos? - le preguntó Liam. 

- no, falta poco para el ritual de Liz, me tengo que quedar. 

- ¿pero y tu miedo ? 

- ya no me da miedo Dandenong. 

- ¿en serio? 

- si, por el momento no pasó nada malo, todo va a estar bien . 

Liam abrazó a Solanna quien finalmente le había perdido el miedo a Dandenong.
El sol estaba bastante fuerte y se escuchaban las fuertes olas de la playa, todo estaba demasiado tranquilo pero lo raro es que no hay nadie pasando por la calle. 

- quedan dos rituales, si nada salió mal hasta ahora entonces dudo que pase algo- Solanna miró su reloj - es hora del ritual de Liz.

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