CAPÍTULO 62

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Sicilia - Italia.

Emily tuvo un día estrecho y emocionante. Escapa del matrimonio, encuentra peligro y ahora fuera de peligro. Como resultado, obtuvo un intenso resfriado. Estornudó todo el camino a casa y con un dolor agudo de cabeza se acostó en su habitación.

—¡Achú! ¡Achú! ¡Maldición!.—Emily maldijo en voz baja. Benjamín está apunto de operarse ¿Porqué se resfrió ahora?.

No, tenía que mejorar lo antes posible. Será mejor que vaya a ver a Bernardo. Emily salió con pasos pesados. Pero cuando finalmente llegó a su habitación, ¡ya no estaba allí!. Emily sentía como si hubiera sido abandonada por Dios. Bueno, tal vez ella mejoraría después de volver a la cama.

En este momento, Jacob y Bernardo abrieron la puerta de su habitación. ¡No hay nadie! ¿Esta mujer todavía quería escapar? Sabía que ella no se sentía bien, por eso llamó a Bernardo a la mansión, no esperaba que la mujer pudiera escapar de nuevo.

Sacó su teléfono y arregló su posición. Al darse cuenta de que el punto rojo se movía lentamente hacia él, se sintió aliviado. Entonces Jacob se apoyó perezosamente contra la pared.

—Volverá pronto.—Comenta sin prisa.

Emily abrió la puerta y de repente vio a dos hombres en su habitación. Ella estaba sorprendida. Entonces se sintió mareada. Después de caminar de ida y vuelta por una distancia tan larga, sintió sus piernas débiles y se movió hacia el otro lado. Afortunadamente, Jacob fue lo suficientemente rápido como para sostenerla en sus brazos.

 Afortunadamente, Jacob fue lo suficientemente rápido como para sostenerla en sus brazos

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—¿Porqué estás caminando cuando estás enferma?.—La alza en sus brazos y la pone lentamente en la cama.

Emily no tenía fuerzas para discutir así que solo se limitó a dar un susurro.

—Ya sé...—Responde con indiferencia y con los ojos cerrados.

Bernardo examinó su cuerpo y le tomó la temperatura. Después de llenar la botella de infusión y recetar el medicamento, se fue.    Jacob se quedó y se sentó junto a la cama.    Aturdida, Emily sintió una cálida mano acariciando su mejilla y alisando su cabello desordenado en su frente. Su acción fue gentil y lamentable. En su sueño, suspiró que era realmente bueno que alguien la acompañara cuando estaba enferma.

—Jacob te vas a resfriar...—Traté de abrir los ojos.

Al escuchar eso Jacob no pudo evitar levantar los labios. Ésta estúpida mujer lo rechaza una vez más. ¡Desagradecida!.

—¿Si te resfrías quién cuidará de Benjamín?. Por favor vuelve. ¡Estoy bien!.—Dije perezosamente.

Dos días después.....

Peligrosamente Juntos... "Diamond Heart" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora