-¿Cuánto pagaste por ella?.-La mirada de Jacob es sombría y sin expresión.
-QUE LES PASA A LOS DOS ACASO YO SOY UNA MERCANCÍA.-Grité histérica.
-Veinte millones..-Habla el hombre de traje.
-Te doy el doble y es mía...-Anuncia Jacob y los ojos de Emi...
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Perdida en sus pensamientos se encontraba Emily apoyada de la ventana. Las nubes grises cubrían el vasto cielo haciéndole ver oscuro y sentir mucho frío. Ésta semana tuvo que llevar a Benjamín para una recuperación y eso la ponía en un cansancio mental y físico. Ella sabía que debía ir a ver a Jacob pero no podía arriesgar la salud de su hijo. Ella tenía que verlo. Si ya pisoteó su autoestima que lo haga una vez más no importaba. Lo que la torturaba era como decirle a Tomás que debía divorciarse, alejarse de él y de sus vidas. ¿Cómo utilizar palabras despiadadas ante tanta ternura y atención?. Suspiró impotente y se sintió cada vez mal.
—Beba...—Entró Tomás sonriente.—¿Dónde está mi pequeño?...—Pregunté sonriente.
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—Está dormido... ¿Porqué volviste tan temprano?...—Tomé su abrigo y lo colgué del perchero.
—No hay mucho trabajo...—Acaricié su mejilla.—Beba... Estás muy delgada...—Sostuvo su cintura y la abraza fuerte. Eso es lo que más quería Emily. Buen trato.
—¡Tomás!.—Reprochó molesta.-
—Estoy preocupado por tí beba. Debes comer y estar más atenta...—No la solté a pesar de sus reproches y bufidos.
Tomás cada día la veía más pálida y débil. Cuando la dejaba dormida y se iba la notaba demacrada y la angustia destrozaba su corazón. Sus hermosos ojos ya no tenían brillo y solo sonreía delante de Benjamín. De resto estaba sumida en sus pensamientos.
—Estoy bien...—Respondió con indiferencia.
Cuánto más fuera él considerado más lástima sentiría por él. ¿Como decirle que debía tener un bebé con otro hombre?. No era justo y eso le hacía doler su corazón. Pero cuánto más rápido estuviera embarazada más pronto se salvaría Benjamín.
El amor de Tomás por Emily siempre fue sincero y tierno y el de ella apreciación. Una vez más se dijo así mismo que se conocieron en el momento equivocado. Tomás notó todos los días de Emily y ella hablaba con él pocas cosas y solo de Benjamín. Ya no eran ellos dos y notó su vacilación en algunas cosas. Estaba distraída como peleando en su interior por algo hasta que las palabras se volvieron menos.
