CAPÍTULO 27

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Ya han pasado tres días de la última vez que Emily vió a Jacob y ella no ha salido de la habitación. Come y hace todo ahí sin ver la luz del día. Los hombres de Jacob le han dicho que el padrino está ocupado y no puede verla. Eso hace que cada vez se ahogue en llanto al pasar las horas y Jacob no regresa.

Su teléfono comenzó a vibrar muy cerca de su cara.

—Desconocido...—Murmuré dormida.—¿Bueno? ¿Quién habla?.—Volví a murmurar.

—Veámonos en un café.—Dijo una voz muy conocida.

—Ok. —Respondí cortante colgando de una vez.

Emily llegó al dichoso café y al entrar percibe que se encuentra sólo. Se puso en alerta para evitar una trampa mientras se acerca sigilosa a la hermosa una rubia que está en las últimas mesas al fondo. Suspiró aliviada y siguió caminando.

—Hablas español

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—Hablas español...—Comentó Emily sarcástica.

—Siéntate. Pide un café.—Espeta Mónica con elegancia.

—Un café, poca azúcar por favor...—Pedí amablemente al mozo.

Silencio sepulcral.

El mozo llegó con el café de Emily y lo tiende cortésmente guiñando un ojito.

—Gracias...—De una vez le doy un sorbo a mi café.

—Iré al grano.—Mónica mueve sus largas uñas sobre la mesa.—Emily Garnier verdad...—Elevó una ceja mostrándose interesante.—¿Eres la mujer de Jacob?...—Cambió el gesto por uno frío y arrogante.

—Estás bien informada. ¿Por qué preguntas?...—Tomé otro sorbo restándole importancia.

—Nos vamos a casar. ¿Como mujer puedes entender lo que significa verdad?...—El rostro de Mónica es malévolo y mira a Emily con ganas de sacarle los ojos.

—No tengo nada con Jacob. Eres tú quién lo tiene y la verdad no me interesa lo que ustedes dos hagan.—Espeté sin importancia.

—¿De verdad?..—Sonreí falsamente.

—De verdad. Y puedes buscarlo en la mansión de Esteban...—Tomo otro sorbo sin verla.

Emily se preguntó internamente si ésta mujer es realmente tan malvada como Jacob. Pues ella se muestra fría y calculadora y Emily sintió escalofríos por las miradas inexpresivas de Mónica. Sin duda alguna se arrepintió de haber venido y que los esfuerzos de Jacob por ocultarla hayan sido en vano. ¡MALDICIÓN!.

—Yo odio a Jacob. No me interesa nada que tenga que ver con él. Es todo tuyo a fin de cuentas. Ve y búscalo. Si vive o muere no me interesa...—Tragué duro tomando valor.

—Entonces no está demás en decirte que te alejes y lo dejes en paz...—Sentencio fríamente.

—Yo alejo a Jacob y no lo molesto. Te invito a que lo busques. Tú sabes la dirección de la mansión de Esteban. No tengo nada que ver con él ya te lo dije. Ahórrate las palabras y ve al grano y actúa.—Me levanté obstinada.

Peligrosamente Juntos... "Diamond Heart" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora