-¿Cuánto pagaste por ella?.-La mirada de Jacob es sombría y sin expresión.
-QUE LES PASA A LOS DOS ACASO YO SOY UNA MERCANCÍA.-Grité histérica.
-Veinte millones..-Habla el hombre de traje.
-Te doy el doble y es mía...-Anuncia Jacob y los ojos de Emi...
En los siguientes días muchas sorpresas sucederán en España.
—Déjalo claro Jacob...—Me apreté de la sabana y el se detiene de abotonar su camisa y me da una mirada fría.—Tienes que escabullirte para verme. Te vas a la media noche y aquí me dejas...—Suspiré profundamente para no llorar.—Como una puta amante...—Una lágrima quiere salir pero me aguanto.
—Basta...—Sisea amenazante y sin ninguna expresión.
Emily se levanta despacio y camina al baño y su cuerpo desnudo es capturado por la vista de Jacob. Él se adelanta y la toma.
—Emily... Eres mi mujer.—La tomé de la cintura íntimamente.
—Si claro... Tú mujer.—Reí fríamente.—Algún día ojalá esté frente a Mónica Marchetti y espero y me veas a los ojos y me digas eso. Que yo soy tu mujer.—Lo ví a los ojos con determinación.
—¡Déjame en paz! ¡No empieces!.—De un solo portazo salió Jacob Sorrentino.
Las misma pregunta de hace dos semanas, la misma amenaza y luego la declaración de territorio para concluir con el rechazo machista. ¡Que ridículo!.
En un lujoso restaurante italiano se encuentra Emily acompañada de sus amigos y todos disfrutan de un espectacular banquete para celebrar el cumpleaños de Tomás Abarbategui. Todos se vistieron elegante para amenizar tal ocasión, pues así lo dispuso el cumpleañero.
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—Todo está delicioso Tomás...— Camila le guiña un ojito.
—¡Joder! ¡Tenemos que ir a una discoteca! Andar vestido así mínimo conseguiré a tres rubias...—Espeta Gustavo burlón.
—Me voy a poner celosa amor...—Emily detuvo sus palabras con un puchero.
—No mami usted es la primera...—Le guiña un ojito sexy en respuesta.
—Dentro de un ratito traerán el pastel...— Comenta Tomás tomando un sorbo de su vino.
—Joder... ¡Mateo! La comida se disfruta y no se devora...—Daniel quién ya volvió reprochó un poco serio.
—Ay no vengas tú con clases de cortesía para comer. Pareces a Jacob.—Mateo rodó los ojos.
—Hablando del rey de roma y él que se asoma...—Comenta Michelle haciendo una seña con sus labios.
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