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Ya llevaban un rato besándose, cuando se separaron lentamente dejando un pequeño rastro de saliva Sunoo tenía un fuerte sonrojo en la mejillas

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Ya llevaban un rato besándose, cuando se separaron lentamente dejando un pequeño rastro de saliva Sunoo tenía un fuerte sonrojo en la mejillas.

– Bebé, nos hemos besado tantas veces – recordó Sunghoon con una sonrisa en los labios – pero tu sigues sonrojadote como la primera vez.

– Es que Hoonie, hace que Sunnie sienta cositas en su estómago.

Sunghoon potencio su aroma.

Era másculino y fuerte. Su olor era Pan tostado y leña.

– Sunnie también hace que Sunghoonie sienta cositas en el estómago y más abajo.

Sunoo salió de su escondite y lo vio alterado con sus grandes ojos.

– ¡Basta, me avergüenzas!– le pegó adorablemente en el hombro con su puño de manera muy débil.

Después se fundió en el cuerpo del otro siendo absorbido en un gran abrazo.

Ambos se quedaron pegados con sus pechos unidos sintiendo sus latidos.

Era una tarde del sábado, afuera estaba lloviendo y ellos estaban en la casa de verano de la familia Park. 

Amaban esa casa y recuerda que ahí en ese lugar un verano de hace seis años se vieron por primera vez.
                     
Sunoo vivía cerca de la zona y ese entonces la casa de los Park acababa de ser comprada por los mismos.

Tuvieron una conexión magnética.

Pero no fue hasta que un año después cuando Sunoo tenía un pretendiente qué Sunghoon reaccionó y se declaró, poniéndose de rodillas ante él.

Tuvieron un noviazgo hermoso, y aunque muchos decía que sus personalidad tan distintas los hacían ser polos opuestos y que eso les haría separarse.  Funcionaba para ellos.

– Sunnie, ¿crees que cuando tengamos cachorritos sean bonitos? – preguntó con un puchero el menor.

– Cuando tengamos cachorritos serán los bebés más lindos de la tierra – Suspiró las palabras entre sus labios.

El omega se sonrojo.

– Amo qué te sonrojes cariño.

Después de unos relajantes días en la cabaña ambos volvieron a su rutina normal.

En este momento los dos estaban en la empresa ya qué Sunghoon le pidió algunos consejos a Sunoo para remodelar algunas áreas.

– Quiero poner aquí unos cuadros, y unos sillones negors por acá – apuntó con el dedo Sunghoon, mientras trataba de pasar su idea a su esposo.

– Pues yo quiero los cuadros allá y un sillón amarillo y otro verde. Ya hay mucho negro – se cruzo de brazos el omega.

Sunghoon rió pero antes de poder decir algo su secretaria los interrumpió.

– Señor Park lo busca alguien de otra empresa, dice que tiene una propuesta para usted.

Sunghoon puso los ojos en blanco y apretó la quijada. Odiaba qué lo que lo interrumpieran cuando estaba con su Sunnie.

– Iré.

– Mi pequeño, en un momento vuelvo~ — dijo para dejar después un beso en su nariz y verlo con ojos qué irradiaban amor.

Para luego girarse a su secretaria y verla con odio.

– Vamos con la estúpida persona.

Dejo a Sunoo sólo mientras él con una lista de muebles veía la mejor forma de acomodar todo.

Puso todo en marcha y comenzó a mover los muebles de un lado a otro de la sala común o al menos eso intentaba.

Pasaron algunos mucho minutos después y se escucharon pasos qué venían del corredor, reparando en aquel lugar.

– ¿Puedo ayudarte? – habló un joven de cabello castaño y dulce sonrisa.

Sunoo estaba tratando de mover una mesa el solito. Rindiendose cuando el maldito mueve no ponía de su parte.

– ¡Sii!, porfis.

– Soy Juyeon, ¡eres muy tierno! – reconocio mientras apretaba las mejillas de Sunoo.

El omega solamente asintió.

– Soy Sunoo, necesito poner esta mesa del otro lado.

Entre bromas y juegos acabaron ambos de arreglar la sala común, y después se dieron tiempo para platicar sentados en el sofá.

– Me acaban de contratar hace poco– Presumió – Realmente no sabía si aceptar o no por que tenía otras propuestas, pero le di una oportunidad a esta empresa.

Sunoo solamente lo veía risueño mientras comía una paleta.

– Sabes... no deberías estar comiendo adentro de este lugar, si el jefe te ve probablemente te regañe.

Sunoo soltó una gran carcajada
– Correré el riesgo.

El olor de Sunghoon se intensifico a la lejanía. Significaba qué estaba cerca.
                     
Llego con una sonrisa que se desvaneció al ver a su omega sentado en el sillón junto a ese empleado.

–¿Ya acabaste? – habló tranquilo.

– ¡Si Hoonie me quedo lindo! – el alfa de lado se sorprendió cuando lo escuchó llamar al jefe con tanta naturalidad.

– Qué bueno corazón – Sunghoon camino directo a donde Sunoo y lo cargó posesivamente – Vamonos Sunnie.

Lo llevo hasta la salida pero después lo dejó en el suelo y dulcemente agregó – Me olvide de algo mi vidita.

Sunoo se adelantó al auto mientras Sunghoon regresaba a la sala del edificio.

Abrió la puerta y vio a el alfa qué estaba con Sunoo hace unos momentos.

Sentado leyendo el períodico aún tenia la fragancia de Sunoo en él por pasar la tarde juntos.

– Estas despedido – y se fue sin verlo siquiera.

Su lobo era muy celoso y el mismo aún más.

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mi sunnie ᎓ sungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora