mi sunnie ᎓ sungsun

O22

— Park Sunoo porfavor regresa, tienes que tomar el control, tu lobo matará a tu bebé — Tomaba el doctor la cabeza de Sunoo intentado hacerlo razonar pero el Omega estaba totalmente ido.

— Alfa — murmuraba con lágrimas en los ojos. Su lobo quería a su alfa. Pedía por el, no iba a traer un cachorro a este mundo si la primera persona que lo viera no sería Park Sunghoon.

Era una manera demasiado peligrosa en el que su lobo tomaba lealtad con su pareja. El estaba completamente en sometimiento por opción propia y no haría otra cosa más que pedir por su compañero de vida. No razonaba.

Los doctores se angustiaron, si lo sedan lo único que pasaría sería que el propio cuerpo de Sunoo sofocara al bebé por la posición del cuerpo en el que estaba el niño, y sobretodo por el control del lobo sobre su cuerpo.

Por suerte aún no rompía fuente les quedaba algo de tiempo. Esperaban que el suficiente.

Y es que los doctores no sabían, ni siquiera el propio Sunoo tenía conciencia de la promesa que su lobo le hizo al lobo de Sunghoon

Una vez de esas tantas, en las que ambos dejaron salir a sus lobos, a Sunghoon el doctor se lo había recomendado para que dejara salir su estrés, y también para convivir de una manera más pura con su pareja. Corrían y saltaban a lo largo del extenso bosque, cuál cachorros fascinados por la presencia del contrario.

Cuando ya habían pasado el suficiente tiempo jugando, fue cuando decidieron cambiar a su forma humana, pero aún siendo controlados por su alma lobuna, sus ojos destellaban en rojo y dorado.

Sunghoon tomaba las manos de Sunoo y las besaba con delicadeza, prometiendo con cada beso amarlo en está y en todas las vidas.

— Mi Sunnie — Susurró Sunghoon mientras sentía como ronroneaba su pecho. Estaba en completa paz con su interior, por qué su amor estaba a su lado. — Quiero todo contigo.

Las mejillas del Omega se sonrojaron mientras miraba sus manos juntas, las pequeñas flores que habían caído en su cabello al revolcarse sobre el pasto, lo hacían lucir adorable. — Yo lo tengo todo contigo.

Sunghoon sintió una ataque al corazón de completa ternura y amor. — Nuestros cachorros serán como tú, hermosos y fuertes.

Sunoo soltó un chillido mientras sentía como sus piernas se aflojaban. — Nuestros hijos, será como tú, líderes, fieles a  su manada y delicados para el amor.

Sunghoon mostró una sonrisa que hizo brillar sus ojos en completa fascinación. — Ya quiero verlos entonces.

Sunoo suspiro enamorado — Serás el primero en ver a nuestros cachorros te lo prometo.

Ahí entre la maleza de el campo y las flores de la delicada pradera se fundieron en uno en el otro en el más delicado de los amores, esperando perpetuar el fruto de su alma, logrando la culminación en sus adentros.

Los ojos de Sunoo lloraron no le fallaría a su alfa. Pero dentro de él, su parte razonable lloraba por su cachorro. No se perdonaría si algo le pasará.

— ¡Sunoo! — El grito de su alivio lo sacó de sus lamentos, era él. Su alfa había ido por él, desde lejos para estar juntos.

Sunghoon se pegó a la camilla de inmediato frotando fuertemente la nariz en el cuello del contrario.

— Llévalos a quirófano — Demandó el doctor con autoridad. Mientras veía como aquel alfa en ningún momento soltó la mano de su Omega.

— Estaba bien, todo va a estar bien, estoy aquí, y aquí estaré. — Siempre.

Entró todo el equipo médico a la sala, y procedieron a hacer su trabajo.

Un agudo llanto se escuchó.