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Lauren.

Me sentía fatal, mi cuerpo estaba totalmente desgastado, amoratado y adolorido. Tenía mi brazo izquierdo en un cabestrillo gracias a la bala que se alojó en mi hombro, dañó varios tejidos que permiten la movilidad del brazo o algo así dijo el doctor. Cuando escuché los toques en la puerta, sabía que venía a continuación, la entrada de la luz en mi oscuridad. Mi ángel. Luego de dar permiso para poder entrar, ella abrió la puerta y diablos...

Se veía fantástica, más preciosa que la última vez que la vi pero estoy segura que menos hermosa que la próxima vez que lo haga. Su vestido tenía por encima un abrigo beige, sus sandalias de tacón blanco de JimmyChoo hacían juego con los detalles delicados que tenía las costuras del vestido y su maquillaje, con colores marrones bastante claros completaban su outfit pero es Camila, se podría ver hermosa hasta con una bolsa de basura.

- ¿Cómo te encuentras? -su voz rompió la burbuja en la que me encontraba, aunque me hizo sentirme un poco más en las nubes. Si, las drogas me están dañando el cerebro, ¿o es la anestesia? Sólo pude responder con un asentimiento mientras seguía mirándola.

De algún modo yo aún la hacía sentirse cohibida y eso, en parte, me agradaba.

- ¿Querías verme? -volvió a preguntar y tuve que volver a mover la cabeza en modo de afirmación, ella se encontraba en la misma posición desde que ingresó a la habitación, a la misma distancia de mí.- Bueno, ¿y hablarás o todo será por mímica?

Reí aunque comencé a toser, patético. Aunque el pasar vergüenza frente a Camila funcionó en algo, logró que ella se acercara y me sirviera un vaso de agua, dejándola a una distancia de un metro. Su mirada recorría mi rostro, no sabía que tan mal estaba pero si estaba consciente de que existían bastantes moratones en él, tenia en labio roto y el ojo derecho un poco inflamado, sin embargo no tenía conocimiento de que tan grave se encontraba mi cara.

- ¿Por qué te hicieron esto? -aclaré mi garganta después de dejar de beber agua.

- Porque soy un fenómeno, una inútil y buena para nada... -observé mis manos, mis nudillos un poco lastimados por haber intentado responder a los golpes- ¡Ah! -me reí mientras recordaba algo y levantaba mi mirada al techo, recostando mi cabeza en la almohada- y por haberme cogido a una mujer tan hermosa. En sus palabras literales "Esto es por haberte cogido a esa perra tan rica" -cerré los ojos mientras varios recuerdos se agolpaban en mi cabeza, uno tras de otro.

- Lau... -Camila intentó sujetar mi mano pero la retiré antes de que completara su acción. La rabia comenzaba a surgir dentro de mi cuerpo, recorriendo cada parte de él, sintiendo como se colaba en mis brazos y manos, la castaña al observar que no quería tocarla, volvió a alejarse unos pasos y me observó, sólo que ahora no existía esa mirada cohibida, era Camila Cabello, la modelo de Hollywood.

- ¿Para qué me dijiste que viniera? ¿Para darme lástima o para intentar qué cosa, Lauren? ¡No entiendo! -sus brazos estaban cruzados bajo su pecho y su ceño se encontraba fruncido.

¡Demonios! Como me pone cuando está molesta. No, no es momento para pensar en eso.

¡Pero Dios! Llevo tanto sin sexo y Camila está ahí, solo respirando y se ve como una diosa.

Basta, Jauregui. ¡Debes pensar con la cabeza de arriba!

- ¡Sigo aquí!

- Solo...estoy procesando la situación.

- ¡Procesando mis ovarios, Jauregui! -levanté una ceja mientras la observaba caminar por la habitación.

- ¿Disculpa? -mi mirada iba de izquierda a derecha y viceversa mientras ella seguía moviéndose.- Por el amor a lo que tu creas, quédate quieta. -se detuvo, me observó y si las miradas mataran, posiblemente la latina me hubiese asesinado.

- ¿Qué hago aquí? -preguntó después de haber dado un profundo respiro.

- No lo sé -no tenía el valor para contarle, acto seguido vi como ella volvió a agarrar su cartera, la cual había dejado en una mesa en el momento que me sirvió el vaso de agua.- ¡Hey! No te vayas.

- Si tu no sabes que hago aquí y yo tampoco, ¿a qué estamos jugando? -estaba a punto de abrir la puerta, justo con la mano en el picaporte.

- Te necesito.

Todo se congeló a nuestro alrededor y podría jurar que si el tiempo pudiera detenerse, también hubiese sucedido.

- Ya no somos novias, Lauren. -seguía de espaldas a mi pero pude notar como su lenguaje corporal cambió, como su cuerpo se tensó.

- Lo sé y no sabes cuanto me arrepiento.

- Los arrepentimientos no tienen sentido si no lo demuestras, ¿comprendes? -otra vez se giró en mi dirección, dejó la cartera en la mesa junto a la puerta y caminó hasta el final de la cama de la clínica, apoyando sus manos en el piecero. Sus ojos marrones se encontraban directamente con mis iris verdes, Camila estaba molesta, no, corrección, estaba furiosa.

Capaz si no estuviera en el hospital, ella ya me habría partido la cabeza.

No, exagero, pero si estaba bastante enojada.

- Lo sé y lo lamento -ella se rió sarcásticamente, mierda, está siendo más difícil de lo que imaginé.

- ¿Crees que un "lo siento" -resaltó las comillas con sus dedos mientras su cara era de indignación total- arregla meses -remarcó la última palabra- de lágrimas?

- No estoy diciendo eso, Camila.

- Ni siquiera puedes dejar que te toque, ¿qué intentas?

Comenzamos una guerra de miradas, todo el cuarto se encontraba en tensión mientras nuestros cuerpos estaban a una distancia prudente para que Camila no me ahorcara a mitad de esta pelea.

- Yo no la pasé mejor que tú -ella giró los ojos- ¡Joder tío! Que mujer más exasperante.

- No se te olvide que yo también te entiendo en español, idiota.

- ¡JODER! -elevé el brazo derecho para  poder masajear mis sienes brevemente.- Tú sabes que yo no expongo mi dolor y nunca lo he hecho, solo tú conoces por todo lo que yo pasé cuando ocurrió lo de la prensa y mi intersexualidad, nunca mostré cuánto me llegó a afectar frente a una pantalla o a una cámara Camila, me conoces.

- No, eres alguien a quien solía conocer. -su mirada de decepción era lo peor que podía recibir, mas aún teniendo en cuenta que ella no sabía mi adicción a las drogas.

- Camila, no me lastimes más, por favor -su mirada se suavizó, tal vez, a fin de cuentas notó que ambas estamos lastimadas por la misma razón.

- No planeo eso pero no puedo seguir aquí sin que me digas la razón por la que me mandaste a buscar, lo siento. -volvió a realizar la rutina de tomar su cartera, ir a la puerta y tomar la perilla.

- Soy drogadicta -otra vez, todo se repetía, la castaña petrificada, su postura tensa y yo rogando que no se marchara, incluso sabiendo que era lo mejor y que la siguiente información no era necesario que ella lo supiera.- Ya las grabaciones de la serie acabaron, cuando me mejore del disparo, me internaré en un centro de rehabilitación.

Camila sólo giró su rostro, logrando verme por el rabillo del ojo unos segundos y salió de la habitación.

Di un suspiro mientras volvía a recostar mi cabeza en la almohada.

Perdí a Camila y para eso no existe ningún disparo, cura o rehabilitación que ayude.

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Holaa people, este fin de me hizo imposible actualizar, intentaré actualizar todos estos días debido a que la semana que viene comienzo con parciales y estaré ocupada.

Besos.
-K




The Fame [Camren G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora