Capítulo 12
De algún modo yo terminé amarrada con cuerdas y fuertes nudos, a la silla. Un nuevo círculo, de color verde ahora, se había vuelto a dibujar en el suelo, manteniéndome encerrada dentro.
Al parecer, todos se sintieron en alerta máxima, y a pesar de que el cuerpo que Ziara presentaba era el mío, no repararon en ello mientras Caly y Sam luchaban contra ella, Ziara había tenido un desliz y entonces... habíamos terminado amarradas a la silla de madera que dolorosamente se me encajaba en las manos y en la espalda.
—Vaya... sí que tienen sentido del humor —dijo entonces Ziara, indignada por el pésimo trato que estaba recibiendo.
—Cállate —le espetó Caly con sus ojos verdes ardiendo en ira.
Las cuerdas no eran rival para Ziara, pronto lo supe. Ese no era el problema, sino el círculo en el suelo. No era natural, era como si hubiera sido dibujado específicamente para contener a un vampiro, a mí misma. Pero también había algo más como pronto comprobó Ziara, si ella hacía el más mínimo intento de moverse, el círculo se hacía más y más pequeño sobre el suelo y algo comenzaba a escocerme cada vez más cerca de la piel, como si fuera una barrera de ácido o algo parecido.
Al principio Ziara no había dejado de moverse y para ahora –cuando se dio cuenta de lo que realmente estaba pasando-, el círculo a penas y nos permitía mantenernos correctamente sentadas en la silla y con los pies doblados bajo esta, ni un centímetro más. El ácido ya estaba penetrando en mis fosas nasales.
—¿Dónde la tienes? —Gritó Nathaniel, luciendo impotente.
Para mí sorpresa noté que él no se acercaba más allá de la primera marca del círculo, justo desde donde había comenzado a moverse hacia el centro haciéndose cada vez más y más pequeño, la barrera de ácido debía estar funcionando de ambos lados, sólo que del otro lado no se reducía.
Ziara estaba molesta, no iba a contestar y yo no podía utilizar mi cuerpo para decirle a Nathaniel que estaba dentro de Ziara, o más bien, que ella, aunque estaba dentro de mi cuerpo era la que ahora tenía el control del mismo.
Sentí algo retorcerse en mi interior, un gran dolor. Un gran par de colmillos comenzaron a salir de mi boca, encajándose dolorosamente en mi labio superior. Había algo más, mi cuerpo estaba exigiéndome algo, demandándomelo y mis entrañas se retorcían con anhelo y hambre.
«Sangre» Informó Ziara iniciando una conversación conmigo.
«¿Qué?» Pregunté sorprendida.
«He pasado 17 largos años atrapada en este cuerpo, sin poder alimentarme. Y justo ahora que estoy tomando tu cuerpo... es obvio que estoy famélica» Su voz perdió todo toque frío y duro. Parecía más bien apurada.
—De acuerdo. Les diré algo —ella hablo para el resto, Nathaniel mantuvo su ceño fruncido pero al menos pareció dispuesto a escucharla, el resto también se unió a un lado de él—. Yo sé cómo pueden liberar a la loba, pero quiero algo a cambio...
—Nadie va a negociar contigo ¿entiendes? Esto no es una negociación —sentenció Caly, cruzando los brazos sobre su pecho, sus ojos irradiaban ira. Ziara alzó una ceja hacia ella.
—De acuerdo. No hay trato, no hay Daniela, no hay loba. Supongo que simplemente dejaré que este cuerpo muera...
—¡No puedes hacer eso! —Nathaniel gritó, acercándose con furia hacia Ziara, el ácido de la barrera quemó su ropa, aullando retrocedió varios pasos.
ESTÁS LEYENDO
Luna plateada
Werewolf«Y todo lo que sabía se rompió detrás de mí» Si de por sí ser una adolescente casi adulta ya era difícil, ahora teníamos que agregar el hecho de que ella no es cualquier chica de dieciocho años. Daniela tiene que descubrir que hay una vampira vivie...