Park Jimin un Omega que sólo pedía una vida tranquila, dónde su padre no fuera un alcohólico y adicto a las apuestas.
Pero aquello cambió cuando su propio padre lo cambio para deshacerse de sus problemas.
Min Yoongi, un Alfa, dueño y jefe de una de...
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(Narrador Omnisciente)
El Alfa caminaba ansioso hasta su casita. Su hermoso esposo le había llamado por medio de su lazo, diciéndole que lo necesitaba con urgencia en casa.
Min sentía tranquilidad en su Omega, pero acompañado de cierto nerviosismo que lo tenía confundido y ansioso por no saber que ocurría con su amado. Había dejado a sus pequeños jugando con el pequeño MinGyu y Soo-Bin.
Al llegar a la cabaña entró apresurado a esta, ladeando la cabeza en confusión al no ver nada fuera de lo normal, podía percibir poco el aroma de su esposo, así que se encaminó hasta la habitación sin dudar y al entrar se sorprendió desmesuradamente.
El techo estaba lleno de globitos rosas, azules, celestes, tonos pasteles, amarillo y muchos colores tiernos y bonitos. En la cama habían muchas prendas de ropa de bebé, desde camisetas, baberos, pijamitas, juguetitos, biberones. Los ojos del Alfa líder comenzaron a humedecerse y sobre la cabecera de la cama había un letrero muy bonito, con una frase que logró derretirlo de amor y felicidad.
“Felicidades serás papá nuevamente mi Alfa”
Yoongi sintió su corazón bombear desenfrenado, su lobo saltar y aullar de felicidad y emoción, sus ojitos no resistieron las lágrimas que se derramaron sin su consentimiento. Sintió cuando unas tiernas manitas se deslizaban sobre su abdomen y unos dulces y pomposos labios le regalaban un suave beso sobre su fornida espalda.
- Felicidades mi adorado Alfa. Serás papá otra vez - Se escuchó la tierna y emocionada voz.
Min se volteó y apresó el pequeño cuerpo entre sus fuertes brazos, no evitando sollozar de felicidad extrema. Regalando dulces besitos sobre la marca de su esposo y dejándose caer delicadamente de rodillas al piso, para luego repartir adorables y necesitados besitos sobre el aún abdomen plano de su amado Omega.
- Gracias mi vida - Susurró entrecortadamente - No sabes lo feliz que me haces cada día y está sorpresa... Sobre pasa los límites de mi felicidad junto a ti mi amor.
Jimin tenía lágrimas acumuladas en sus ojitos azulados, acariciando la ahora oscura cabellera de su amado esposo. Toda aquella sorpresa la preparó con tanto esmero, emoción y devoción, que quería que fuese perfecta y todo había salido excelente.
- Gracias a ti mi lindo gatito - Hablo con dulzura el menor - Por regalarme un tercer pedacito de nuestro amor eterno.
Min se levantó y tomo los muslos de su pareja, alzandolo y llevándolo hasta la cama, tomo asiento en la orilla, dejando a horcajadas a su pequeño sobre su regazo, afianzó sus manos sobre la delgada cintura de su amado y plantó un sonoro beso sobre sus gruesos belfos, haciendolo sonreír de ternura.
- ¿Cuándo... Te enteraste?, ¿Por eso estuviste reteniendo tu aroma durante estos últimos días? - Pregunto el Alfa mientras dejaba suaves caricias bajo la camisa de su amado, justamente sobre el abdomen de este mismo.
