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(Narrador Omnisciente)

El fuerte sonido del hierro siendo arrastrado por el piso, se acercaba cada vez más hasta la sala deseada.

La mujer dentro de aquella sala de tortura había estado encerrada durante dos semanas, en donde únicamente se le alimentaba una vez por día, la mantenían atada de pies, manos, torso y la mayor parte del tiempo la privaban de su vista y habla, pues a los miembros de la mafia les comenzaba a irritar las constantes quejas de la mujer.

Así que para Hye, el escuchar aquel sonido tan irritante y molesto, era como una clara señal, que su peor pesadilla estaba por iniciar. La Omega era plenamente consciente que no saldría viva de aquella mafia, sabía que absolutamente nadie llegaría para salvarla, porque ella sin darse cuenta, fue perdiendo aliados y acabando con todos, uno por uno. Logró lo que tanto deseo, pero a costa de su propia vida.

Sin embargo, la misma locura de Hye le hacía creer que saldría ilesa de aquel infierno en el que se encontraba, en su imaginación, ella aún tenía aliados que la sacarían sin ningún rasguño de dicha mafia.

Qué equivocada y loca estaba.

El sonido del hierro siendo arrastrado se detuvo, justo en la puerta de aquella sala de tortura. Hye se mantuvo atenta, escuchando cada mínimo ruido. No podía ver nada por la venda en sus ojos, no podía decir nada, por el pañuelo sobre su boca, pero aún así, trataba de estar atenta a cualquier mínimo sonido que se emitía a su alrededor, justo como en ese momento.

La puerta de la sala de tortura se abrió, dejándose escuchar  un agudo sonido irritante.  Unos pasos lentos y desesperantes fue lo siguiente que la mujer escuchó.

Hye no podía distinguir el aroma de dicha persona, ya que sobresalía el mal olor putrefacto de aquella sala, evitando así, que pudiera adivinar de quién se trataba aquellos pasos que la estaban volviendo loca y comenzando a desesperar en cada segundo que pasaba. La mujer quería gritar y preguntar, ¿Quién andaba ahí?, Pero no podía, más que gemir frustrada y solo dejar escapar sonidos incomprendibles.

- Shhh - Escuchó Hye el suave sonido demasiado cerda de su oído, el cual le erizo la piel de forma increíble - Deja... De retorcerte como gusano - La delicada, suave, pero firme y escalofriante voz, se dejó escuchar.

Fue entonces que Hye no creyó odiar más aquella voz de como ya lo hacía. El suave respiro cerca de su oído, la tenían realmente desesperada y la fuerte presencia, la tenían intimidada, aunque claramente ella jamás lo admitiría.

- Por una semana más mi quería Hye, te quitaré el privilegio de verme, de escucharme, de sentirme cerca de ti, ¿No crees que es maravilloso?, Disfrutarás gratamente de todos los miembros de esta mafia, los verás, los escucharás día con día, vivirás el honor de sentir y conocer, quiénes son ellos realmente y de lo que pueden llegar hacer, cuando odian a alguien tan repugnante como tú.

Kim Hye deseaba en ese preciso momento, tomar con sus propias manos al que es su hijo y matarlo ella misma. Pero tuvo las suficientes oportunidades y no lo hizo, la única vez que creyó lograrlo, falló y ahora estaba por sufrir aún más las consecuencias de sus malos actos y malas decisiones.

La mujer sabía, que Jimin tenía demasiado poder sobre la mafia serpientes, mucha más que los principales líderes, como Min Young Soo y Min Yoongi. Ella sabía que Jimin tenía una autoridad sobre las mafias mayor que la de todos los líderes juntos y esa era una de las cosas que más odiaba del Omega.

Odiaba saber que parió a su peor enemigo.

- Te dejó querida, esperó que disfrutes sin mi, durante estos días - Fueron las últimas palabras del Omega, antes de soltar el bat que había estado arrastrando y dejarlo caer por los pies de la mujer, logrando exaltarla en un segundo.

💣𝙴𝙻 𝙾𝙼𝙴𝙶𝙰 𝙳𝙴 𝙻𝙰 𝙼𝙰𝙵𝙸𝙰🔫 (𝐘𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧) ~Oᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora