Yo soy un estudiante en la escuela estatal de una de las provincias más pequeña de mi país... Toda mi vida sería normal de no ser porque soy un huérfano que está apunto de perder su apoyo económico del estado... Pero un día todo cambió.
Fuí llevado...
Cuando comencé a correr escuché el sonido de árboles cayendo y grandes pisadas.
Lyon - Diosito... ¡No, mamá sálvame de esta ¿Si?!... Te juro que si me salvas seré mejor hijo y te rezaré todos los días.-
[Esa es la clase de cosas que dicen todas las personas en estas situaciones.]
Lyon - ¡Cállate, quiero vivir!.-
[Al menos su instinto funciona, no puede usar Locura de Ares ya que la habilidad tiene un enfriamiento de dos semanas.]
Lyon - ¡Noooooooooooo, mi carta de triunfo!.-
¡Groooooooooooow!
Lyon - ¡Cooooorreeeeeeee!.-
En medio de mi carrera una gran sombra apareció sobre mí...
Lyon - Ah...-
La sombra se frenó algunos metros frente a mí y me rugió aún más fuerte que el dragón de roca de este mismo piso antes.
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Lyon - ¡Maldita sea!... ¿¡Por qué no tienes ojos hijo de puta!?.- Tenía planeado atravesar sus ojos de ser necesario... ¡Pero el cabrón no tiene!.
No parece tener escamas por tanto debe ser algo más suave... Espero...
Invoqué mi armadura y espada... Ya no puedo correr, no tengo a dónde huir... El maldito dragón vive en el bosque, en cambio yo no tengo más de un día aquí.
El dragón no esperó y cargó directamente a mí y yo hice lo mismo.
El dragón abrió sus fauses preparandose para morderme y yo hice un corte horizontal, con suerte podría desviar su ataque.
Justo cuando iba a golpearlo un dolor punzante vino de mi costado, me había atacado con su garra.
Fuí enviado a volar y me llevé algunos árboles en el camino, cuando dejé de volar me quedé quieto.
Inhale y exhale lentamente, cuando comencé a escuchar sus pasos cada vez más cerca inflé mi pecho hasta que lo tuve en dirección a mi rostro... Esperemos funcione... Exhale con todas mis fuerzas y justo en ese momento mi casco se abrió solo en la parte de la boca...
Aunque soprendido no deje de exhalar y de un momento a otro una gran llamarada con pequeños rayos dorados... Tenía mucho tiempo sin usar esto.
El dragón pareció petrificado durante un momento, aunque pareció reaccionar casi al instante se cubrió con sus alas.
1... 2... 3... 4... Así seguí durante veintisiete segundos.
(Tomé como base mi propia exhalación de esa manera, soy alguien un poco atlético y casi llegué a veinte segundos, para alguien tan entrenado como el no sería difícil llegar a los treinta segundos.)
