Un Mundo Caótico

El titán

Daniel -¡¡AAABUUUUEEEELAAAAAA!!.-

Claris - No hay necesidad de gritar tanto, ¿Como haz estado?.-

Daniel - Jeje bien, abuela ¿Cuando podré ver a papá de nuevo?.-

Claris - Hmmm... Si sigue este paso no falta mucho para la destrucción del reino de Luxia.-

Daniel - Pero nosotros vivíamos en el bosque de las hadas.-

Claris - Eso no significa que ellos no fueran los causantes de todo lo sucedido.-

Aunque Daniel estaba muy familiarizado con Claris las dos niñas no tenían ni puta idea de quién era.

Trace - Paris ¿Quién es ella?.-

Clair - Si, si... Se ve como la estatua de la iglesia... pero más bonita.-

Paris - Ella es la madre de Lyon, ella no se ve como la estatua de la iglesia, la estatua de la iglesia se ve como ella.-

En ese momento ambas niñas olvidaron al bebé en los brazos de Paris y sus cuerpos se tensaron con expresiones que que parecía que un rayo les golpeó la cara.

Antes de siquiera procesarlo estaban a los costados de Claris observándola con estrellas en los ojos.

Claris - ¿Ustedes son las hijas de Lyon?.-

Ambas niñas asintieron con tanta fuerza que podrían lastimar sus cuellos.

Claris - ¿Entonces que les parece su hermano?.-

Su voz sonaba alegre y su sonrisa era muy deslumbrante.

Asimilando un poco las palabras de Claris las niñas pensaron, cuando se vieron a los ojos parecieron llegar a un entendimiento mutuo.

Trace - No se parece a Lyon...-

Clair - No se ve fuerte como el.-

Y así una larga lista de cosas por las que el niño no se parecía a Lyon.

Mientras tanto en un lugar muy alejado de las costas del continente donde se encontraba Hamil.

- Capitán estamos a algunos meses de llegar, solo si vamos en línea recta... Pero hay un titán en el camino.-

Un hombre fornido de piel bronceada y una calva brillante gritó desde la parte superior de un mástil gigantesco, aunque podría decirse que este barco era enorme, con casi un kilómetro únicamente de largo...

Desde la parte superior cadenas que empequeñecen al más grande de los hombres se movían en lo que parecía un jalón suave pero podría enviar a volar a cualquier persona con un solo golpe, sosteniendo estas cadenas en su espalda clavadas como estacas una gigantesca ballena... Pese a los enormes tamaños algunos una figura que estaba demasiado lejos para distinguirla se movía lentamente, que se viera tan pequeña pese a la distancia enorme solo dejaba claro el titánico tamaño de la criatura.

Capitán - ¿Un titán de grado tres? Con este barco podemos hasta ese grado, ya estamos pagando multa por incumplir el contrato con la iglesia chico, unos meses más y no te dará ni para una puta.-

El capitán era un hombre bajo y gordo, se podría decir que su circunferencia era mayor a su altura, en su cara amarga un bigote mal recortado de color blanco lo hacía parecer más un comediante que otra cosa.

- ¡¡Capitán el titán nos miró!!.-

Solo cinco palabras y el barco cayó en silencio total, una presión invisible cayó sobre todos... No era la presión de un grupo de personas serias... Era la presión de la muerte que se cernía sobre ellos.

Capitán - ¡¡Todo al este, salgamos de su territorio rápido!!.-

Inmediatamente todos volvieron a su trabajo y lo hicieron lo más rápido posible, después de todo nadie quería morir.

Capitán - Nadie me dijo que habría titanes de sexto grado por aquí... Cuando regrese a Aeril debería informar esto, no sabemos qué clase de personas podrían vivir en un continente con semejante titán tan cerca... Después de todo tenemos un terrible precedente con ese bichos raros que adoran a un dios dragón...-