La gran ciudad se erguía entre grandes muros de hierro con un brillo opaco y cuatro grandes puertas con un brillo oscuro.
Lyon - Siempre me pregunté porqué en existe esta clase de gente...-
Desde afuera de las murallas en una pequeña colina sentado en césped Lyon estaba observando las puertas con los ojos entrecerrados... Lo cual sería normal de no ser porque estaba a más de quince quilómetros.
Lyon metió su mano en la tierra y al sacarla denuevo una lanza de piedra rustica apareció en su mano.
Ya sin su armadura y solo con su ropa casual simplemente caminó al la puerta sin importarle mucho la cantidad de gente que lo veía extraño.
Para el esto se había vuelto algo normal ya que hasta ahora solo había hecho réplicas de la ropa que solía usar pero ahora por fin tenía la forma de hacer algo parecido a la ropa deportiva real, ahora solo caminaba por allí con un par de zapatillas modernas, un pantalón deportivo y un sweater normales.
Para Lyon que ya eran normales estas miradas desde hace algún tiempo, no significó mucho el hecho de ser observado.
Cuando por fin estuvo en las puertas vió la gigantesca cola que había para entrar y simplemente decidió hacerlo de una manera más normal.
Al entrar en la ciudad tuvo que soltar una pequeña barra de oro para que lo dejaran entrar.
Dentro de la ciudad misma todo era reluciente parecía casi como si la ciudad estuviera dirigida a lo estético y no a lo práctico, edificios hermosos, guardias en cada rincón, una vista directa al reluciente castillo, calles principales que fácilmente conectaban la ciudad.
No era una ciudad hecha para la guerra, era más como una ciudad diseñada en una época de paz.
Lyon que repentinamente se sintió atraído por el olor de comida en un restaurante cercano simplemente entró con la lanza de piedra en sus manos.
La lanza parecía una estalactita que había sido tallada para darle un mango pero no quedaba duda de que su punta era filosa.
Cuando entró despreocupadamente fue recibido por una espada delgada que cortó su lanza en dos.
El mango de la espada era sostenido por una mano delicada, una mujer que no llegaba a los hombros de Lyon pero aún así se escuchaba la arrogancia en su voz.
Chica - ¿Quién eres?.-
Lyon - Alguien a quien no puedes simplemente atacar.-
Chica - ¡Hmph! ¿Y qué?, ¿Entras a un local con un arma en manos y esperas que sea de lo más normal? Además debes entregarme esa ropa.-
Lyon - Primero que nada, esa "arma" no era más que un reemplazo simple a mi espada; segundo, si no puedo ir armado que haces tú con una espada; tercero, esta ropa la conseguí por medios legales... Además dudo que tengas el poder legislativo necesario para decomisar cosas a la gente porque sí.-
Jade - Soy Jade la heroína y prometida del hijo de la reina, no creo necesario dar más explicaciones, dame esa ropa.-
Lyon - Parece que tu ego es más grande que tú... Bueno hola me presento soy Lyon y tú eres mi boleto rápido para entrar al castillo, ahora espérame que voy a comer.-
Cuando Lyon dijo eso con una gran sonrisa en su rostro dos pares de grandes colmillos asomaron en su boca, sus iris que hasta ahora parecía normal repentinamente se alargó como el de un reptil, esto asustó a las personas que estaban viéndolo... Su apariencia era impresionante pero se presentó como Lyon... Solo había un Lyon cuyo nombre causaría temor y hasta ahora realmente no habría otra persona que se presentara como Lyon.
Todas las personas lentamente comenzaron a salir del restaurante, por su parte Lyon simplemente pidió comida la cual fue entregada en tiempo récord, cuando terminó simplemente pagó y se marchó con Jade en su hombro como un costal.
Después de caminar por unos minutos con miradas extrañas sobre el frente a las puertas del castillo que parecía estar hecho del mismo material que las murallas.
Lyon simplemente tocó como si de una puerta normal se tratara pero la diferencia era que esta puerta era gigante en comparación a su propio cuerpo y aún así la puerta casi sale volando con sus ligeros golpes.
La puerta se abrió lentamente y del otro lado cientos de caballeros con armaduras, escudos y lanzas apuntando a el.
Lyon - Primero, estoy siendo amable al tocar la puerta y no romperla; segundo, agradezcan que estoy de humor y no los mato a todos; tercero y no menos importante, tengo a esta chica en mi control si la lanzo correctamente podrían volverla un puercoespín.-
Mujer - Con un hombre como tú nunca se sabe que podría suceder, espero no te incomode el hecho de que te de esta bienvenida, aunque tarde agradezco que aceptaras nuestros términos.-
Lyon miró a la mujer de pelo negro, tenía una corona delicada entre su pelo negro, un vestido reluciente y una mirada digna.
Lyon - ¿Estás idiota?.-
Estas palabras salieron fríamente de la boca de Lyon y golpearon el rostro impacible de la mujer haciendo que sus cejas se fruncieran un poco.
Mujer - ¿Entonces por qué estás aquí?.-
Lyon - Realmente no lo sé, su ejército me siguió y arruinaron mi plan, cuando los maté a todos simplemente opté por venir aquí, no tengo una razón especial... Quizás llevarme a toda la realeza y solo dejar al Rey, quizás matarlos a todos, quizás llevarme a la reina y venderla a un esclavista de la iglesia, tengo muchas opciones déjenme pensar.-
Todos se tensaron al escuchar a Lyon hablar y la mujer fue la que más se afectó ya que su rostro se contorsionó en ira.
Por su parte Jade estaba temblando como si estuviera muerta de frío.
Mujer - ¿Los mataste a todos? ¿Incluidos los comandantes?.-
Lyon - No sé cuál sea tu concepto de todos, pero todos son todos... ¿Estaba algún familiar allí?.-
Mujer - Son ciertos los rumores entonces, solo te interesa tu gente...-
Lyon - Claro, soy un hipócrita ¿Sabes? Amo a mis hijos y esposas, pero no me afecta mucho romper familias... Es más, dejé pasar el que atacaras a mi familia porque era muy estúpido que atacaras mi propia casa mientras yo estaba dentro de ella... Pero mejor ¿Quién eres?.-
Mujer - Soy la reina de este reino, la matriaca del país y la madre del comandante que dirigía ese ejercito.-
Lyon - Hmmm... Un matricado eh... Veo un grupo de pelo verde feliz por aquí...-
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Un Mundo Caótico
FantasyYo soy un estudiante en la escuela estatal de una de las provincias más pequeña de mi país... Toda mi vida sería normal de no ser porque soy un huérfano que está apunto de perder su apoyo económico del estado... Pero un día todo cambió. Fuí llevado...