Confusión

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Lyon estaba irritado, dejaría sus dudas para después ya que ahora mismo tenía a más de quince personas que podrían ser perfectamente generales de ejércitos o ellos mismos liderar una carga sin embargo aquí estaban encerrados en un país que se estaba destruyendo lentamente desde dentro, incluso cuando recibieron la amenaza inminente de un poder superior a ellos tocando las puertas de sus casa optaron por hacer como si no fuera problema de ellos... Sin embargo el tuvo que hacer todo lo posible por evitar que todos en este continente sufrieran un destino horrible.

Mientras el en ocasiones quería clonarse o dividirse ellos estaban aquí tan tranquilos como si el caos no estuviera por cogerlos... En todo el sentido que pueda tener la palabra.

Estaba bastante molesto sobre todo por el pequeño grupo de idiotas que se la daban de débiles y en su mente estaba preparando una especie de discurso y un plan para enviar a la gente de su gremio a traer la libertad Americana a este país.

Cuando iba a comenzar a despotricar sobre todo y su frustración acumulada una mano suave acarició su mejilla desde atrás.

La que lo hizo no era otra que Haku que tenía una pequeña sonrisa en su rostro.

Acercó su boca al oído de Lyon para susurrar algo, sin embargo con las capacidades sobre humanas de todos aquí eso fue como gritarlo a todo pulmón.

Haku - Encontré unos de esos bichos feos que invadieron La rose du château, sin embargo estaban bajo custodia de unos guardias imperiales... Parecían estar haciendo experimentos con ellos.-

Lyon se molestó aún más y ahora más irritado dijo.

Lyon - ¿Qué hiciste con ellos?.-

Haku - Los maté a todos... La "Secta" que los investigaba también fue reducida a cenizas junto con toda su montaña... ¿Me gané una noche de pasión?.-

Las últimas palabras estaban fuera de lugar sin embargo Lyon las ignoró porque vió que el tipo con la espada se había puesto pálido rápidamente.

Con una sonrisa un poquito loca Lyon extendió su mano y como si de Star Wars se tratara el tipo fue jalado a su mano como un trozo de metal a un imán.

Lyon - ¿Sabes algo de eso?.-

El sujeto estaba asustado y mientras forcejeaba por liberarse de Lyon se dió cuenta que no podía mover los dedos ni un milímetro de su cuello.

Trató de hablar pero era inútil porque Lyon no quería respuestas... Simplemente le rompió el cuello y lo soltó como una bolsa de basura.

Lyon - Me voy... Hay un reino al sur con un hermoso lago ¿No? ¿Paris crees que si vamos seremos bienvenidos? Aria hazme un favor y cuando lleguemos haz el papeleo para evitar todo posible movimiento comercial del gremio con este país y trata de convencer a esos viejos de Hamil de lo mismo.-

Sin más y como dando un ultimátum se fueron en busca de Leo y Grettel para irse pero esta vez con más estilo según Lyon.

Al entrar en la habitación vieron a Grettel... Una diosa... Una guerrera... Una anciana... Haciendo caras tratando de entretener a Leo que parecía apunto de llorar.

Lyon - Creo que lo asustas con tu cara... En todo caso nos vamos.-

Grettel - ¿Eh? ¿Qué por qué?.-

Lyon puso una sonrisa amarga al ver que Leo no quería que el lo cargara y se lo pasó a Paris.

Lyon - Son un montón de mierda todos.-

Grettel no hizo más preguntas solo exclamó con un 'Ooh'.

Salieron y vieron a su carruaje siendo ¿Retenido? Por gente del ejercito imperial.

Tanto Grettel como Lyon aguantaron las ganas de reír... Primero que nada esas son las mascotas de su padre que incluso un dios tiene problemas para controlar por tanto débiles no son, segundo ¿Quién les dió la confianza de que podrían detenerlo?.

Cuando Lyon iba a dejar a sus emociones fluir para alterar la energía en el ambiente ocho personas liberaron su propia energía para tratar de suprimir la creciente energía de Lyon aunque las diferencias entre rangos eran astrales con tantos de ellos contra uno solo se podría igualar.

Lyon esbozó una sonrisa y volteó a ver a Paris y Aria.

Lyon - Yo me encargo de los ocho problemas de allí, ¿Pueden ocuparse del resto?.-

Ambas sonrieron y asintieron.

Lyon saltó hacia adelante con la gran espada de doble filo apenas materializándose en sus manos.

Cuando la hoja de su espada estuvo a centímetros del cuello de su primera víctima el príncipe que ocultaba su poder, una espada y una patada lo golpearon, la espada estaba dirigida a su cuello y la patada justo al espacio blando bajo sus costillas.

Por primera vez en bastante tiempo Lyon se emocionó quería luchar con todo sin embargo aún sentía a su cuerpo tratando de curarse lo más rápido posible, sus pulmones perforados, el estómago agujereado, un corazón menos y otras heridas igual de graves no le permitían volverse loco.

Un Mundo CaóticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora