Diametralmente opuestos, unir las directrices del género de terror con un sentido humorístico supone un reto que no cualquiera puede superar.
La primera dificultad estriba en que muchas producciones que pretenden utilizar ambos géneros sobreexplotan los clichés más básicos del terror, a fin de burlarse de ese género y añadir así el elemento cómico que necesitan. Sin embargo, al contrario de otros filmes como Shrek, que se burla de los clichés de Disney, pero cuenta con una historia sólida, la mayoría de las comedias de terror carecen de un argumento interesante y bien construido. Todas resultan ser un copia y pega de la anterior, no presentan aspectos originales estar llamativos y suelen pecar por ser sobreactuadas. Varias son producciones de bajo presupuesto, puesto que su nivel de ridículo no permite que ningún estudio serio se fije en dichos proyectos. Por lo tanto, una producción así tiene muy poco para resaltar a nivel técnico: los efectos especiales baratos tienden a envejecer mal, la utilería rebasa los límites de la falta de profesionalidad, y ni hablemos de vestuario o maquillaje. Por si fuera poco, los directores de estos híbridos extraños casi siempre son novatos en el oficio que, si bien pueden ser fuentes de muy buenas ideas, también es común que presenten algunos fiascos de entrada.¿Significa esto que es imposible mezclar estos dos géneros? ¡Por supuesto que no! En el verdadero arte, que se basa en la complejidad de las emociones humanas, debe haber espacio para todo. Toda forma de creación e innovación es perfectamente válida y bienvenida. Los mejores artistas para compaginar estos dos géneros tan diferentes son los cantantes, tanto en sus vídeos musicales como en lo que ellos representan como personajes. Ejemplo de esto último es Ozzy Osbourne, quien es a la vez un personaje oscuro y carismático, dependiendo del punto de vista. En él se entremezclan las maneras de un comediante y el aura de misticismo que rodea a cualquier personaje de una película de horror. Ya si nos vamos al terreno de lo audiovisual, tenemos el cortometraje Ghosts, de Michael Jackson, el cual, lamentablemente, es relativamente desconocido. En esta historia, el Rey del Pop logró añadir toques de comedia a un argumento de terror al estilo gótico, gracias a su carisma y a su brillante interpretación de cinco personajes diferentes a través de los 39 minutos que dura este minifilme. Incluso consigue convertirlo en una excelente producción musical de canto y baile, algo que realmente no queda muy bien en el género de terror y, si han visto la ridícula película La pequeña tienda de los horrores, entenderán a qué me refiero. Pero bueno, que si me pongo a hablar sobre Michael Jackson este apartado se hará eterno y ese no es el objetivo, así que no me desvío más del tema. Creo que ha quedado claro a qué me refiero.
Otro punto en contra de esta alianza inusitada entre géneros es los sentimientos que ambos pretenden evocarnos. Son radicalmente distintos, pues la comedia intenta proporcionarnos una sensación de confort y hacernos pasar un buen rato, mientras que el terror trata de recrear un sentimiento de turbación, tensión, horror y, ocasionalmente, asco, en nuestras cabezas. Cuando alguno de los dos interfiere en el otro y anula alguna de esas sensaciones, la experiencia no es igual de gratificante. No es que no podamos burlarnos de situaciones terroríficas, porque para algo existe el humor negro; pero ese es un recurso delicado y difícil de utilizar de la manera correcta. En fin, en tanto no existan otros engendros como Duende, podemos mantener la fe en la mezcla entre géneros.
¿Cuál es su opinión al respecto?
ESTÁS LEYENDO
Tópicos frecuentes
RandomContinuación de "Las series que marcaron mi infancia". Libro de opiniones, debates y tópicos diversos. Créditos por la belleza de portada a Caliope124. ¡Gracias!