Hablemos de... Saint Seiya, la franquicia

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Quien se queje de que en los shōnens nunca se mueren personajes con cierta importancia, es que nunca ha visto Saint Seiya. Estas son mis opiniones personales sobre toda la franquicia en general y, por supuesto, como de costumbre, voy a ser implacable, sin importar cuánto me gusta (porque realmente está en lo alto de mi top) esta historia.

Bien, empecemos con el clásico. Anime y manga pecan de contrapuntearse el uno al otro de una manera bastante obvia. Por un lado, el anime soluciona algunas fallas de origen del manga, como el hecho muy poco coherente de que Mitsumasa Kido tenga cien hijos, que son casi de la misma edad, con diferentes mujeres. ¿Acaso estuvo con todas esas mujeres a la vez? ¿Cómo es que da la casualidad de que todas las madres de esos niños hayan muerto a la vez? ¿Él las mandó a matar? Por otro lado, el anime se complica la vida al introducir a un personaje que no tenía nada que hacer ahí: Arles, el supuesto hermano de Shion. Sin contar con que el anime también degrada a algunos personajes, como reducir el papel de Marín a la de una alfeñique a la que Shaina le hace bullying y convertir a Shun en una damisela en peligro de cuestionable sexualidad. Toei odia a Shun, es un hecho comprobado. Solo hay que ver el papel que desempeña en todas las películas y en la Saga de Asgard para notarlo. La música de Seiji Yokoyama en todo lo clásico de Saint Seiya es sublime. Me faltan palabras para elogiar todo lo maravillosa que es. En el cine, existen bandas sonoras geniales como la de Star Wars, El Señor de los Anillos y 2001: Una odisea en el espacio; y en el anime, está Saint Seiya. Claro que existen otros animes con música magnífica, como Evangelion, las películas de Studio Ghibli o Ghost in the shell. Pero la banda sonora de Saint Seiya es muy completa: tiene un poco de todo, es muy reconocible e indiscutiblemente influyente. Respeto el trabajo artístico de Masami Kurumada, pero me resulta un poco difícil de procesar. En cambio, el arte de Shingo Araki en el diseño de personajes del anime es una preciosidad y un deleite para mis ojos, que aman el estilo clásico del anime de los 80's-90's. Luego está mi tema personal de escoger a un personaje favorito. De entre los cinco protagonistas, ese sería Hyōga. ¿Por qué? Bueno, ya debería ser un poco evidente que me gustan los chicos dramáticos. Nah, bromas apartes, me gustan los contrastes. Eso es muy evidente en los poderes de Hyōga en contraposición con su personalidad, e incluso en esto hay un contraste entre lo que aparenta al principio y lo que realmente es. El anime clásico tiene mil defectos, como los agujeros argumentales ya mencionados (entre otros), conceptos desperdiciados, poco desarrollo de los personajes... Santo cielo, ¿por qué Saori es tan inútil? ¡Se supone que es la diosa de la guerra! Sí, está bien que necesite un ejército y no pueda con todo ella sola porque es humana y todo eso; pero le dan tanta importancia a su armadura divina para que la use cinco minutos y le clave un lanzazo a Hades, luego de la pelea más corta, menos emocionante y con menos intercambio de golpes de la historia. Por si fuera poco, a ella le faltó un arco de crecimiento como personaje que pudiera hacer creíble el hecho de que pasó de ser una mocosa mimada y caprichosa, a una diosa amorosa y bondadosa. Y nunca superaré el hecho de que los protagonistas tengan 13 y 14 años. ¿Qué les daban de comer? ¿Cómo es que Hyōga tenía permiso de conducir (y de dónde sacó un auto)? ¿Por qué Ikki, siendo inmortal, usa cinturón de seguridad y Hyōga no? Si ambas constelaciones representan aves, ¿por qué Hyōga hace esas posturas de ballet clásico e Ikki se presenta de la forma más macha posible? Tengo demasiadas preguntas y ninguna respuesta. Ah, y el doblaje no tiene sentido en el 80% de los casos (aunque las voces son buenas, hay que reconocerlo); pero hey, es una fuente inagotable de memes.

Pasemos brevemente a hablar de The Lost Canvas, la última cosa buena que sacó la franquicia antes de la infame cancelación del anime. Es mi spin-off favorito, donde se arreglaron muchas de las falencias del original, dándoles su debida importancia a todos los personajes, un transfondo y desarrollo interesante a cada caballero dorado, una Athena útil que sí presenta batalla y un manga con un trazo detallado y delicado. Por supuesto, también tiene sus defectos. El final es anticlimático y, si bien a mí me gusta ver un poco de melodrama en todo, en la segunda mitad de la historia se exceden con los recursos telenovelescos por culpa de ese personaje irritante que está en mi top de personajes que más odio: Youma de Mefistófeles. Mi personaje favorito, en contraste, es Deuteros de Géminis, porque me gusta su historia de fondo.

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