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A Sana se le había ido de las manos Chou San que a las duras penas logro escapar. La muchacha lo había perdido de vista pero no sería por mucho tiempo.

Jisoo venía caminando con el celular en mano cuando sintió que alguien había cruzado el brazo sobre sus hombros y frenaron al contacto. Jisoo miro hacia su izquierda.

—¡Hola Jisoo! —sonrió Lisa, Jisoo hizo una mueca —¿Cómo estás?

—Estoy bien, pero...—miro su brazo y luego a Lisa —¿podrás quitar tu brazo sobre mí?

Ella lo quitó con lentitud y dejo su mano apoyada en su espalda, la más baja se estaba sintiendo más incómoda. El contacto físico le incómodaba.

—Si te preguntas dónde está Jennie te voy diciendo que viene con mis padres —respondió de manera cortante y Lisa rió.

—No, no quería saber de Jennie si no de ti. Veo que te has maquillado, eso te hace más bonita —intento halagar a su compañera —oye Jisoo, después de clases ¿Podemos hablar a solas?

La castaña sonrió y frunció el ceño para luego mirarla y hablo.

—¿No estamos hablando ahora a solas? —carcajeo y la más alta cerró por un corto lapso sus ojos.

—Me refiero a cuando salgamos de la escuela y no estemos apuradas por algo — mojó sus labios —contigo hay que tener una paciencia especial.

La voz de la tailandesa había cambiado tan repentina que no paso por desapercibido por Rosé quien estaba a su lado escuchando atenta a cada palabra que decía aquella joven y se dio cuenta del coqueteo aunque Jisoo no se había dado cuenta.

—Nos vemos luego Chu —finalizó y le dio un cálido beso a Jisoo para luego seguir con su camino.

Para ese entonces Jisoo con su mano se limpiaba su mejilla ante el contacto de los labios de Lisa sobre su piel.

—¡Algo está pasando acá que no me está gustando! —exclamó Rosé con un poco de enojo.

—Aish, ¿De que carajos hablas? —preguntó un poco molesta y miro a la rubia.

—De nada, de nada —dijo cansada para finalizar la conversación pero cuando iba a volver hablar una brisa helada acaricio el cuerpo de las dos haciendo que Rosé tenga una mala sensación y miro hacia atrás con preocupación y sabía que debía cuidar de la pequeña Jisoo —hermosa osita de caramelos, ve tu primera adentro. Tengo que ir en busca de unas cosas.

Finalizó y Jisoo la miro con extrañeza al notar un mohín de miedo en aquel rostro pálido del ángel. Pero siguió su camino.

[...]

—Para aprender a romper la vergüenza, la timidez o como lo quieran llamar para poder actuar es ir practicando diferentes caras frente al espejo —dijo Margareth Eun a lo alto y su voz casi aguda rebotaba por aquel gimnasio en la que estaba con todos sus alumnos —ahora bien, realizaremos un nuevo ejercicio.

Añadió, a Lisa le sudaban las manos y de a ratos miraba a Jisoo quien estaba en un costado en diagonal a ella aunque la morena no la miraba. Pero su concentración se rompió cuando la profesora aplaudió para que comenzarán a realizar sus ejercicios.

—Paso, paso, paso —hablaba casi en canto y todos caminaban en círculos y algunos se chocaban entre sí —estiro los brazos lentamente, me tiró al suelo, ahora doy un giro y me levanto.

Todos lo hacían entre risas ya que algunos se chocaban o le costó tirarse al suelo. Los ojos de la tailandesa seguian pegados en Kim Jisoo. Un poco de tensión pudo notar Jennie pero estaba concentrada en la clase de teatro.

Enamorándome de un ángel llamado Cúpido [Chaesoo] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora