24

297 44 14
                                    

Al día siguiente

—Que bueno que ahora estás anotando de dónde habíamos empezado —dijo el querubín —no debemos llegar muy tarde, hoy es nuestra primera cita.

Jisoo anotaba todo en un papel y escuchaba al querubín que estaba de brazos cruzados.

—¿Sigues sin recordar? —preguntó —Rosie...

Rosé se giró para estar de espaldas y hablo en lo alto mirando al cielo:

—Ese es el problema, no recuerdo nada de mí primera vida y ese es mí gran problema —suspiro con pesadez cerrando sus ojos —no tengo ningún recuerdo en mí cerebro, me gustaría tener alguno pero todo esto es un completo desastre como yo, me refiero que recuerdo solo apenas como fue mí muerte y solo sé mí nombre pero no recuerdo mí camino a casa.

Jisoo la escuchaba detenidamente a la pelirosada, las dos se sentaron la una al lado de la otra sobre un tronco; el ángel tenía sus manos apoyadas a sus costados y luego los entrelazo, los ojos marrones de la menor bajaron para observar aquella palidez de aquel ser que solo ella podía notar.

Sonrió y mordió sus labios, levantó su dedo meñique de su mano izquierda, lo movía despacio para que ella no se diera cuenta; Jisoo quería volver a sentir el tacto de la joven que tenía a su lado y se iba acercando muy despacio.

—¡Necesito recordar! —gritó tan fuerte que Jisoo se asustó y cayó hacia atrás —¿Qué haces?.

La pelirosa miro a su costado donde estaba la menor tirada.

—Nada, solo me quería acostar a dormir —respondió, con ironía.

—Es temprano y lo sabes —su voz era calma. Unos segundos de silencio se presentó en ellas, Rosé no había entendido el chiste. Unos segundos de silencio se presentó en ellas, el teléfono de la castaña comenzó a sonar. Miró la pantalla del celular y era una llamada entrante de su mamá.

—Espera princesa —dijo Jisoo y ella sonrió —debo atender el llamado.

La morena se levantó y atendió la llamada; el querubín la miraba con atención dándose cuenta de que algo no andaba muy bien porque la expresión había cambiado: —debo irme a casa, seguiremos con tu búsqueda en otro momento.

El ángel solo asintió y la acompaño. Su tiempo se agotaba y lo sabía.

[...]

El clima en la casa de los Kim era solo llanto; a Jisoo eso la hacia sentir nerviosa, no le gustaba nada de eso.

Sé mantenía lejos de esa escena, todo lo miraba desde la cocina. Lisa estaba ahí presente junto a Jennie quien estaba acurrucada entre sus brazos y cuando sintió la presencia de Jisoo sonrió de inmediato al verla presente. Jisoo la saludo agitando su mano despacio, pero su compañera no soltó a Jennie.

Por otro lado, todos hablaban con todos, algunos se consolaban entre ellos. Después de unos minutos su hermana estaba acompañada por sus dos mejores amigos, en cambio ella estaba sola entre la multitud.

—¿Estás bien? —preguntó Rosé.

—¡Si! —respondió casi en un susurro —¿Quieres ir a mí habitación y mirar una película?

—Si, claro que si —respondió junto con una sonrisa.

La dueña de la casa tenía una mueca formada en su rostro cada que esquivaba a su propia familia que no conocía y odiaba la manera de exagerar que tenían estás personas.

No fue necesario demorar para ingresar a su habitación porque apenas tuvo la oportunidad de ingresar lo hizo rápido cerrando la puerta y le coloco seguro en cambio el ángel la traspaso sin problema.

Enamorándome de un ángel llamado Cúpido [Chaesoo] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora