Enamorándome de un ángel llamado Cúpido [Chaesoo] Finalizada

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14 de febrero una fecha que se festejaba a nivel mundial. Imágenes de corazones, ángeles, frases de amor se veían en todas partes de la ciudad.

No faltaban las melosas propagandas por la tv, videos y radios. Todo dedicado para él o ella.

Un mundo de locos por ese día, pero no tan solo se festejaba por el amor sino que también por la amistad.

Todo era un caos, por dónde uno lo vea. Jisoo era la encargada de decorar los pasillos del local en donde trabajaba, debía quedar a la perfección. La decoración debía llamar la atención del cliente para poder comprar.

Maquillajes, perfumes, ropa, entre otras cosas se vendía en el local en la que trabaja Kim Jisoo. Ella ahorraba dinero para la universidad. Estaba enamorada de su compañero Park Jin Young, desde que empezó a trabajar ahí.

Manitos suaves olor a vainilla, ella lo llamaba así en secreto a él. Buscaba de todas las formas enamorar a aquel muchacho pero para él solo era una compañera nada más.

En su mente armaba una novela con guiones incluidos para enamorarlo pero cuando lo tenía cerca no decía nada las palabras automáticamente volaban de su cabeza como pájaros que sin asustados por las personas.

—Si te sigues distrayendo las cosas se te van a caer de nuevo —dijo.

—¿Ehh? —murmuró, quedando boquiabierta.

—Que si te sigues distrayendo las cosas se te van a caer de nuevo —repitió, el muchacho le sonrió — ¿Estás bien?

Jisoo asintió rápido, estaba boba con la sonrisa de su compañero.

—Lo siento —mojo sus labios —me quedé pensando en la tarea de biología que debo presentar.

—Ohh biología, que buena materia —añadió.

—Mas bueno estás tú —susurró.

—¿Cómo? —preguntó.

—No, que decía que si está buena la materia —tragó saliva y fingió una sonrisa —seguiré con esto. Permiso.

—De acuerdo —le sonrió —no te distraigas.

La castaña rodeó sus ojos porque tenía razón, ella se distraía fácilmente más teniéndolo a él cerca.

El local aún no abría las puertas al público, ellos preparaban todo desde temprano.

No se le hacía difícil de hacer las decoraciones, ella amaba hacer todo ese tipo de cosas; desde lejos y a cada momento ella observaba a su compañero ordenaba el resto de las cosas.

Con solo suspirar, Jisoo ya sonreía porque estaba locamente enamorada de aquel muchacho. Ese brillo en sus ojos marrones profundos la delataba pero Jin Young era demasiado lento para darse cuenta de eso.

Jisoo le daba señas e indirectas para que él lo captara  pero solo la veía como una compañera de trabajo y eso era frustrante para la joven.

Esa misma mañana Jisoo se había decidido en expresarle sus sentimientos aunque era muy poco tiempo en la que lo conocía.

—Por suerte la gente no estaba como loca —comentó Jisoo.

—¡No! —exclamó, Jin Young le sonrió —¿Estás cansada? —preguntó y su mente comenzó a volar y a emitir una novela de amor —¿Jisoo?

Tocó su brazo y ella se asustó junto al muchacho.

—Ssi —trago saliva —lo estoy y ¿Tú? —otra vez el brillo en sus ojos se hizo presente.

—No, estoy bien — cogió una bocanada de aire y le sonrió —¿Ya tienes pareja para ir al baile de San Valentín?

Jisoo hizo una mueca, miro hacia afuera como la gente pasaba caminando con regalos entre otras cosas.

—Aún no —meneó su cabeza y lo miró. Pero sus ojos bajaron hacia los labios de su compañero y él seguía hablando; la castaña sonreía mientras observaba los labios del joven y como se le formaba una pequeña cantidad de baba pastosa en la comisura labial. Para ella eso era hermoso — ¿Qué?

—Que iré con mí novia —dijo, la sonrisa de Jisoo había desaparecido de su rostro —ya hace cinco meses que estamos juntos. ¿Quieres verla?

Jin Young iba a sacar su celular para mostrarle la foto de su novia.

—No es necesario, a puesto que es bonita —dijo con pena, su burbuja de amor había sido explotada.

—Lo es, es muy hermosa — sonrió al recordarla pero Jisoo odio eso y se fue sin decir más nada.

[...]

Jisoo se encontraba tirada en el piso de su habitación, los brazos abiertos y sus pies igual. Parecía a Patricio la estrella.

Estaba triste y lloraba al saber que Park Jin Young ya estaba siendo feliz con otra persona. Se cubrió su rostro con sus manos, su corazón dolía mucho.

—Por favor cúpido te necesito —susurró entre llanto —necesito de tú ayuda.

La energía se había ido en toda la ciudad, la castaña se sentó y observó por la ventana. La noche se veía linda, quitó la mano que sostenía la cortina y volvió a cubrir la misma pero tan de pronto lo soltó una luz blanca y fuerte se hacía presente.

Eso la había hecho asustar a la joven, dio unos pasos vagos y torpes hacia atrás pero tomo el valor de mirar otra vez por la ventana y levantó la cortina, aquella luz brillo más y encandiló a la muchacha.

Entre cerró los ojos y muy apenas logro ver algo, cuando se dio cuenta esa luz había atravesado el cristal e impacto con tal fuerza con la joven haciendo que se cayera de espalda contra el piso.

La luz había regresado, Jisoo estaba atontada por el impacto con esa luz pero sentía algo muy pesado sobre su cuerpo e hizo una mueca de dolor.

Abrió sus ojos muy apenas y vio a una persona de cabello rubio sobre ella.

—¿Quién eres? —preguntó con miedo e intento quitársela de encima —¡Oye! —la empujó con un poco de fuerza pero era muy pesada.

—Ohhh, mí cabeza —se quejó y se movió apenas. Su ojos veían dobles ella no sabía en qué lugar estaba, hasta que chocó mirada con una castaña que la miraba extraña —¿Quién eres?

—Lo mismo me pregunto —respondió con dificultad y la rubia le sonrió —necesito que te quites de encima de mí, por favor.

—Oh lo siento —dijo y se levantó —rayos, mí ropa se arrugó.

—¿Quién eres? —dijo Jisoo observando a la joven, tenía una vestimenta rara y sonrió —¿Por qué vistes así?

—Creo que me enviaron en un lugar equivocado—respondió — ¿Cómo te llamas peque?

—¿Yo? ¿Peque? —frunció el ceño —tengo casi 18 años, no soy ninguna pequeña —hablo de mala gana.

—Que tierna niña —sonrió con ternura — pareces esos duendecillos pocos amigables.

—Deja de decir eso —se cruzó de brazos —soy Jisoo Kim y ¿Tu? —la miro de arriba abajo.

—Pequeña Jisoo, yo soy el Ángel número 8 — sonrió y extendió su mano —un gusto pequeña duendecillo.

Continuará.....